Hace once años, Sabino Canga fue diagnosticado de párkinson. "Me encontraba bien, y decidí empezar a colaborar con la asociación de Mieres, con el tiempo acabé llevando las riendas", explica. Un trabajo que no fue sencillo, "sobre todo por los recortes", con lo que empezaron a promover actividades de recaudación como las postulaciones, el mercadillo, obras de teatro y conciertos.

Yolanda Díaz siempre había estado vinculada a asociaciones solidarias, pero cuando descubrió que podía ser payaso terapéutico, no se lo pensó. "Merece mucho la pena y ayuda a los pequeños con un efecto terapéutico real, cuando me pongo la nariz soy 'Sacarina' cuya labor es llenar el espacio de luz y de cosas positivas", explica. Le gustaría que su labor se pudiera desarrollar en otros centros sanitarios, "pero es complicado".