La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Faith sale sola del infierno

La nigeriana que denunció sufrir "acoso xenófobo" de una vecina en Figaredo se muda del piso de protección sin recibir ayuda del Principado

Faith muestra la denuncia que presentó ante la Guardia Civil. FERNANDO GEIJO

Faith Esahiagbe ha abandonado el "infierno racista" en el que vivía desde hace meses. Pero lo ha hecho sin ayuda de nadie. La mujer, nigeriana que consiguió escapar de la mafia de la prostitución que la trajo a Asturias, denunció ante la Guardia Civil el "acoso xenófobo" al que le sometía una vecina en Figaredo. Las dos vivían en casas de protección pero, ante la negativa de la Consejería de Servicios y Derechos Sociales de cambiarla de piso, ella ha buscado una casa en otra localidad del municipio. "Lo he hecho por mi hijo, tenía miedo de que le pasara algo malo", aseguró.

La vida de Faith ha sido triste y difícil. Cuando era muy joven, una mafia la engañó para que saliera de su país. Llegó a Asturias y la prostituyeron. Ella intentó escapar varias veces del club. De uno de los intentos guarda una marca imborrable: la cicatriz de una puñalada en el muslo. "Un hombre bueno" la ayudó, al fin, y pudo ser relativamente libre.

Temió durante mucho tiempo que la encontraran, que la mataran. Hasta que se enamoró y fue madre de un niño al que, dice con los ojos brillantes, "le debo mis ganas de vivir". La relación con el padre no salió adelante -aunque él sigue ayudando con el pequeño-, y ella se trasladó a una casa que no cumplía los requisitos mínimos para su niño: "Había muchas humedades y el techo se caía", asegura.

Entonces, una buena noticia. El Principado le entregó una vivienda de protección y, durante meses, ella fue feliz. Parecía que la vida, por fin, le sonreía. Hasta que se trasladó al piso de abajo una nueva vecina. La versión de Faith, recogida en la denuncia presentada ante la Guardia Civil, es que la mujer empezó a "hacerle la vida imposible" cuando se negó a ayudarla: "Siempre me pedía cosas, hasta que un día vino a pedirme tabaco. Yo le dije que no tenía suficiente dinero porque, aunque tengo un trabajo, tengo que cuidar de mi hijo", explica.

"Negra, sucia sudaca, vete a tu país". Fue el "saludo" que recibió en su portal durante meses. "Me pegaban golpes al suelo, y llegaron a amenazarme", asegura Faith. La Guardia Civil cursó la denuncia y se comprometieron a investigar los hechos. Ningún vecino quiso comparecer como testigo "por miedo", afirma ella. Mientras tanto, solicitó un cambio de vivienda al Principado.

La respuesta fue un golpe. "Dijeron que no podían intervenir en un conflicto entre dos vecinas, que tendríamos que arreglarlo nosotras", señala Faith, para añadir que "en realidad no era un conflicto, era un acoso por su parte hacia mí".

La Navidad, asegura acongojada, fue "horrible". "No me atrevía a estar sola en casa con el niño, así que tuve que ir a cenar en Nochebuena con una familia amiga que nos dejó quedarnos hasta que nos sintiéramos seguros. Volvimos con mucho miedo". Decidió, el día de Año Nuevo, que tenía que dar una solución a la fuerza. Tras mucho buscar, ha encontrado una casa en el municipio que se adapta a sus necesidades: "Tengo que pagar algo más, pero creo que merece la pena". No hay dinero que importe, dice, para pagar la seguridad de su hijo.

Compartir el artículo

stats