Puerta blindada al paso de la línea de Sama-Velilla por el parque natural de las Ubiñas-La Mesa. Es la principal reclamación que han puesto los vecinos en la negociación para la redacción del nuevo Instrumento de Gestión Integral (IGI) del espacio protegido. Es una reclamación antigua, que ha cogido fuerza con el anuncio de que Red Eléctrica no descarta desempolvar la línea con el cierre de las térmicas. La posición de los vecinos quedó clara en la última reunión celebrada sobre la gestión del parque, que tuvo lugar hace unos días en Lena.
El Principado ha retomado las conversaciones sobre el IGI, que tumbó el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) tras una denuncia vecinal. El juez concluyó que era necesaria la redacción de un nuevo plan, al carecer el documento de una memoria económica. A tres meses de las elecciones regionales, los responsables del parque de las Ubiñas-La Mesa han retomado las reuniones con los municipios que forman parte del espacio (Lena, Teverga y Quirós).
La última reunión mantenida hasta el momento repasó el documento para que los vecinos puedan hacer sus aportaciones en el nuevo plan. En el apartado de infraestructuras, la propuesta vecinal fue unánime. El documento que ha anulado el TSJA incluye un párrafo preocupante: que un tendido eléctrico podrá cruzar el parque en caso de necesidad para la región. Los habitantes de la zona protegida quieren que ese párrafo se elimine por completo: "No queremos que quede ni una rendija para ese proyecto en nuestro espacio protegido", argumentaron.
Inversiones
El cierre del parque a la línea Sama-Velilla es la reclamación de los vecinos más sólida, pero no la única. Auri Villar, representante vecinal del parque de las Ubiñas (aunque aclara que acude a las reuniones de forma individual y aporta sus puntos de vista como una única vecina), reclamó fondos para el espacio protegido: "Mientras que no haya inversiones, el parque está vacío". "Lo que no podemos es contentar a los vecinos diciéndoles que tienen ventajas por vivir en un espacio protegido, cuando en realidad no hay tal cosa", añadió.
Lo cierto es que la vida en el parque de las Ubiñas, según los vecinos, no está siendo nada fácil. Precisamente la falta de una memoria económica, y de un Instrumento de Gestión Integral, hace que la concesión de licencias se eternice. Más de un año han llegado a esperar algunos vecinos para obtener un permiso de obra para una actuación menor. Además, de convocarse ayudas (aunque no ha habido ninguna oferta), no podrían optar a las subvenciones porque carecen de un protocolo interno.
