El Ayuntamiento de Mieres aseguró ayer está tomando las medidas oportunas para erradicar las numerosas colonias de la llamada oruga procesionaria que están proliferando por el concejo debido en buena parte al temprano aumento de la temperaturas.

"Ante la aparición de oruga procesionaria en distintos puntos del concejo, se está trabajando de manera continua en su eliminación con el objetivo de evitar su presencia, sobre todo en zonas concurridas como parques, áreas caninas o paseos", explicaron ayer los portavoces del gobierno local. Por el momento, desde el servicio de limpieza se ha actuado contra estas peligrosas larvas urticantes en Figaredo, Turón, Vega de Arriba y Barredo: "se continuará esta labor con el objetivo de erradicar en la medida de lo posible la presencia de este insecto en el concejo, que este año se ha adelantado ante la importante subida de las temperaturas", remarcaron los portavoces municipales.

El anunció municipal llega después de que los usuarios del parque canino de Barredo se movilizasen el viernes para exigir medidas que pongan freno a la proliferación de estas orugas. Un grupo de propietarios de perros presentaron en el Ayuntamiento de Mieres un centenar de firmas reclamando la erradicación de los nidos de estas larvas, a las que son alérgicos cerca del 10 por ciento de la población. Denuncian que las orugas ya han causado daños a dos perros: "A uno de ellos se le tuvo que cortar un trozo de lengua". La protesta viene precedida del cierre del citado espacio de recreo debido a la masiva presencia de estos animales.

El Ayuntamiento pidió ayer a la ciudadanía "colaboración" con el objeto de poder actuar "con agilidad y de manera eficiente ante posibles nuevos casos de oruga procesionaria en el concejo". Y, de igual forma, se solicita "precaución" si se detecta su presencia. Sobre posibles medidas de prevención, el Ayuntamiento "analizará su eficacia y viabilidad ante un problema importante que sufren zonas como el sur de Europa, siendo España uno de los países afectados".

Las toxinas de la oruga procesionaria son devastadoras cuando entran en contacto con el hocico de los perros. En el caso de las personas, pueden generar reacciones cutáneas de cierta consideración, y, en casos puntuales, generar incluso problemas de dificultad respiratoria.