El fenómeno de los "kamikazes" está en alza. En los últimos dos años se han registrado un total de 19 incidentes. Aunque en algunos casos se produjeron accidentes de tráfico, ninguno tuvo la gravedad de ayer, con dos fallecidos. En ocho de los casos se trataba de personas mayores, incluso octogenarios, que habían confundido la entrada de alguna vía de alta capacidad, provocando la alarma entre los conductores.

El caso más conocido fue el del italiano C. M., de 72 años, sorprendido dos veces en el curso de una semana en Llanes conduciendo por la Autovía del Cantábrico. Quería al parecer ver a su esposa. Terminaron retirándole el carné.

Un accidente más grave se produjo el 21 de junio de 2017, cuando un hombre de 80 años condujo en sentido contrario entre Mieres y Olloniego, unos diez kilómetros, desencadenando un siniestro con varios heridos. Unos meses después, el 16 de noviembre de 2017, el conductor de una furgoneta condujo en sentido contrario por la Autovía de la Plata (A-66) y se espetó contra tres vehículos, dejando cinco heridos.

Este tipo de accidentes también se producen en las ciudades. El 26 de junio de 2017, un cántabro de 37 años se introdujo en sentido contrario en la calle del Muelle y chocó contra otro vehículo. Resultaron heridos los conductores de ambos vehículos y la acompañante del infractor, embarazada de cinco meses.

Hay casos que resultarían graciosos si no fuese por el riesgo inherente. Como el de un motorista langreano de 50 años que, en julio de 2017, circuló en sentido contrario desde El Berrón hasta cerca de Serín, unos 25 kilómetros. Iba al parecer drogado. Y otro conductor, también ebrio, en marzo de 2017, hizo los 19 kilómetros que median entre Siero y Mareo, en Gijón. El caso es que quería ir hasta Langreo.