Las dos víctimas mortales del accidente que ayer estremeció a los lenenses tenían poco más en común que su paisanaje. José Ramón Fernández, de 67 años, se había jubilado recientemente y era muy aficionado a la pesca y a la caza. R. S., con apenas 23 años, recién había iniciado su carrera laboral, y sus pasatiempos apenas seguían siendo los de un adolescente: "Lo siento mucho por Pepe, pero cuando pienso en la familia del chaval, que se han quedado sin él por un insensatez de juventud y con la carga de lo sucedido, también siento lástima", explicaba ayer un allegado muy cercano a José Ramón Fernández.

"Es muy triste, ya que se había jubilado hace poco más de un año", explicaba ayer una amiga de "Pepe el Zancas", como era conocido popularmente el fallecido. En Lena, José Ramón Fernández era una persona con muchos conocidos y amigos. Regentó durante lustros un taller de chapa en pleno centro de la Pola: "Somos un concejo pequeño y todos nos conocemos. A Pepe hacía falta presentarlo en pocos sitios". Todos destacan su apego a la naturaleza. Era tanto cazador como pescador: "Se cuidaba bastante y físicamente estaba muy bien. No aparentaba los años que tenía". Y es que José Ramón Fernández llevaba ya algo más de un año jubilado. Se había comprado un enorme todoterreno, un Jeep Grand Cherokee, para disfrutar de sus aficiones. Este robusto automóvil no logró salvarle la vida. Hubiera necesitado un tanque blindado para salir ileso de la brutal colisión contra el mucho más menudo turismo que conducía R. S.. El Kia Ceed absorbió el impacto vomitando de cuajo el motor, que salió catapultado del capó. Quedó destrozado. Pero aún más espeluznante a la vista resultó ver el estado en que quedó el todoterreno, con el frontal completo convertido en un amasijo de hierros.

"El problema es que ambos coches se encontraron justo en mitad de una curva, no muy pronunciada, pero lo suficiente para que no se vieran en la oscuridad de la noche", explicaba ayer uno de los rescatadores que participó en el operativo. "Si se hubieran cruzado un poco antes o un poco después, al conductor del jeep posiblemente le hubiera dado tiempo a maniobrar de alguna manera para esquivar el choque o, al menos, para aminorar su impacto". Pero no fue así. Ambos coches coincidieron en un punto concreto sin visibilidad. José Ramón Fernández, padre de tres hijos, nunca se hubiera podido imaginar lo que le esperaba al final de la curva. Difícil y embarazoso resulta intentar introducirse en los pensamientos de R. S. en esos momentos.

El joven kamikaze es natural de Lena. Estudio en el colegio Vital Aza y en el instituto Santa Cristina. Desde hacía ya algún tiempo residía en Oviedo. Algunos de los muchos amigos que aún mantenía en el concejo explicaron ayer que actualmente trabajaba en Arcelor. Era aficionados a los caballos.

La iglesia parroquial de Pola de Lena acogerá hoy el funeral por José Ramón Fernández. Será a las cinco de la tarde. Posteriormente, será incinerado.