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De lo nuestro | Historias heterodoxas

Las aventuras del capitán Escalada

El militar, con casa y escudo en Sotiello (Lena), participó en la toma de Nápoles y de las fortalezas de Castel Nuovo o Castel dell'Ovo, en 1503

Las aventuras del capitán Escalada

Hace ahora trece años escribí una de estas Historias Heterodoxas sobre algunos de los soldados de la Montaña Central que habían lucido su espada en las guerras de la Edad Moderna. Entre ellos, por supuesto, el capitán Escalada, cuyo escudo, que aún campea en una casa de Sotiello, en Lena, ostenta entre otros motivos una torre, una escalera y un curioso lema: "Con veinte y cinco soldados / el capitán Escalada / de Nápoles al castillo / por la escalera dio entrada". Y la fecha de MDIII.

Yo suponía entonces que el guerrero había obtenido el derecho a cambiar su apellido como premio a una osada acción militar que entonces no me atrevía a situar con seguridad, aunque daba las opciones de las fortalezas de Castel Nuovo o Castel dell'Ovo, ambas en el año de 1503, el mismo que muestra su escudo, y concluí mí página con esta pedantería: "La confirmación definitiva requiere más tiempo del que yo tengo para estos artículos, pero seguro que duerme entre los legajos de algún archivo histórico y dentro de algunos años alguien dará con ella. Desde este 2006 seas quien seas, yo te saludo".

Pues bien, parece que en otro de esos bucles extraños que hace la vida me saludé a mí mismo, porque nadie cogió ese testigo y ahora soy yo quien vuelve a retomar este asunto, pero con la diferencia de que la técnica informática se ha desarrollado de tal forma en este tiempo que ya es fácil acceder a la información que enmarca correctamente las acciones del capitán Escalada.

Lo primero que hay que decir es que el apellido es anterior al siglo XVI y procede de la villa de Escalada, del partido judicial de Sedano, en la provincia de Burgos, donde también tiene casa solariega en Pesquera de Ebro, y que por lo tanto no se debe a un sobrenombre adquirido tras la conquista de Nápoles, a pesar de que pueda parecerlo por su relación con esa supuesta escalera empleada para asaltar un castillo de Nápoles.

Además no encontramos este episodio por ninguna parte en el dilatado historial de valientes acciones en las que el capitán intervino durante la segunda campaña que el ejército español dirigido por el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, inició en Italia en el año 1500 durante el reinado de Fernando el Católico, al que es difícil identificar de otra manera ya que fue a la vez Fernando I en Navarra; Fernando II en Aragón, Sicilia y Cerdeña; Fernando III en Nápoles y Fernando V en Castilla.

Así, sabemos que el 10 de junio de 1502 el capitán Escalada mandó una compañía de 300 hombres que recibió la orden de tomar la posesión de Atripalda y la cumplió obligando a las tropas francesas a retirarse, aunque debió de resultar herido, si hacemos caso a los historiadores de la zona que incluso lo dan muerto en esa batalla. Al menos así lo contó, en 2014, Carlos Silvestri en el diario de política, economía, cultura y deportes L'Irpinia, en un artículo sobre la batalla de Pianodardina en la guerra entre franceses y españoles. Lo traduzco: "Nos encontramos en el mes de junio de 1502: los dos ejércitos, el francés estacionado en Avellino, el español en Atripalda, enfrentados a medio camino, en la llanura de Pianodardine, con maniobras hasta las primeras pendientes de Montefredane, durante una dura y feroz batalla con las dos partes decididas a vencer por todos los medios. Hubo pérdidas notables en ambos lados. Entre las filas de los españoles se anunció la noticia de la muerte de un buen condotiero, el capitán de infantería Escalada que en mayo de ese mismo años había defendido junto a su colega Ochoa d'Asunna el bastión de Nusco ubicado en una posición de altura".

Sin embargo, es seguro que el soldado sobrevivió a ese lance porque en la "nómina de españoles e italianos que sirvieron a Fernando III el Católico en la guerra de Italia 1501-1506", elaborada poco después de este último año, leemos que seguía vivo al final de la campaña: "El capitán Escalada ha servido con cargo de gente desde el comienzo de la guerra fasta el cabo muy bien".

De hecho, lo encontramos otra vez en la batalla de Ceriñola el 28 de abril de 1503, de donde derivó la palabra "Chirinola", de la que la RAE dice que "es sinónimo de pelea o disputa, reyerta, larga conversación o discusión". Allí murieron 3.500 franceses y cayeron presos más de 500, mientras que hubo muy pocas bajas por parte de los españoles. Escalada estuvo entre los capitanes que intervinieron y de los que se dijo que "todos lo hicieron muy valerosamente y mostraron la gran fortaleza y ánimo que en ellos había".

Una curiosidad es que entre los compañeros de aventuras de nuestro paisano suele figurar Ettore Fieramosca, un personaje que los mayores conocemos por la novela de Massimo d'Azeglio, que fue un clásico en las bibliotecas infantiles del siglo XX y posteriormente tuvo su propia película con su papel interpretado por el actor Bud Spencer.

Escalada y Fieramosca combatieron juntos en las batallas de Roccasecca y del río Garellano, donde los españoles obtuvieron una victoria que resultó clave para el desarrollo de la guerra de Nápoles.

En Roccasecca, el enfrentamiento solo duró tres horas y las pérdidas francesas volvieron a ser enormes, allí veinte soldados españoles al mando del capitán Escalada atacaron en una carga suicida a los franceses que ya se retiraban, intentando apoderarse de sus cañones. La acción fue heroica, sin embargo nuestro hombre no pudo lograr su objetivo porque lo frenó el contraataque de una compañía especial que Luis XII había destinado a la protección de las codiciadas piezas.

En Garellano, en los días 28 y 29 de diciembre de 1503, la estrategia del Gran Capitán se basó en la construcción de un paso sobre la parte menos profunda del río a partir de tres pontones ensamblados, que se fabricaron durante semanas en un castillo alejado del lugar y fueron trasladados hasta allí con mulas.

Al amanecer lo cruzaron 3.000 hombres mandados por Bartolomeo d'Alviano y tras ellos el grueso del ejército español dividido a su vez en tres partes: Diego García de Paredes y Pedro Navarro al frente de 3.500 rodeleros y arcabuceros; después 30 jinetes de caballería pesada y otros 200 de ligera dirigidos por Próspero Colonna, y finalmente el mismo don Gonzalo rodeado por los 30 hombres de su escolta y con ellos 2.000 mercenarios alemanes. A la vez, dos destacamentos de 300 hombres cada uno fueron encargados de proteger las tropas en su avance; uno lo mandaba el capitán Gómez Coello y el otro nuestro capitán, lo que nos da idea de la responsabilidad que llegó a tener en ese momento

Ahora, para ver su actuación en la conquista de los castillos napolitanos tenemos que recurrir a la "Chronica del Gran Capitan Gonzalo Hernandez de Cordova y Aguilar" impreso en Alcalá de Henares de 1584, donde se cuenta con detalle toda la campaña que llevó a los españoles a entrar en Nápoles el 16 de mayo de 1503 haciendo retroceder al Ejército francés hasta Gaeta, pero dejando guarniciones en las fortalezas de Castel Nuovo y Castel dell'Ovo preparadas con provisiones suficientes para resistir un largo asedio.

En ese momento, don Gonzalo se vio obligado a recurrir a la pólvora dejando la empresa en manos de Pedro Navarro un vasco que se había dedicado a la piratería en su juventud y dominaba la técnica de las explosiones que aplicó en Castel Nuovo apoyándose en una estratagema: después de excavar unos nichos bajo las murallas colocó en ellos unos barriles cargados y fingió un asalto para que los franceses se situasen sobre la zona minada, entonces los hizo explotar rematando la acción con la entrada de sus tropas por la brecha abierta en los muros, y en vanguardia estuvo de nuevo el capitán Escalada.

En cuanto a la toma del castillo dell'Ovo, que en la crónica de 1584 se traduce por su sonido como castillo del Lobo -en vez del Huevo, que sería lo correcto-, vuelve a citarse como principal artífice a Pedro Navarro junto a otros capitanes, entre los que otra vez encontramos a Escalada, aunque para el ataque volvió a emplearse la pólvora y los españoles entraron en la fortaleza por una brecha del muro y sin tener que escalar su torre.

El 30 de noviembre de 2012, un descendiente del capitán -don Carlos González de Escalada Álvarez-, ingresó en la Academia Andaluza de la Historia y las Ciencias Heroicas "Ortiz de Zúñiga" pronunciando un discurso sobre su antepasado. Me gustaría leerlo para saber si él ha situado definitivamente la hazaña de la escalera.

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