La Casa de Cultura Alberto Vega de La Felguera acogió un nuevo Club de Salud, organizado por el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas, que en esta ocasión versó sobre "Cáncer de mama: alimentación en la prevención, tratamiento y supervivencia" y contó con la colaboración del Ayuntamiento de Langreo. La conferencia corrió a cargo de la dietista, nutricionista y especialista en alimentación oncológica Liliana Cabo, que comenzó su intervención asegurando que la mala dieta puede aumentar el riesgo de padecer el 50 por ciento de los cánceres de mama y el 70 por ciento de cáncer colorrectal. Del mismo modo, señaló que "la mayoría de los tumores se pueden prevenir con buena alimentación, ejercicio físico, manteniendo un normopeso y evitando tóxicos como alcohol y tabaco".

"Una buena dieta no cura el cáncer, si bien puede prevenir el riesgo contraerlo y de recaída, y, por el contrario, una mala dieta aumenta el riesgo de padecer la enfermedad. Pero hemos de tener siempre presente que no hay ninguna dieta que cure el cáncer, a pesar de que en internet se anuncien muchas", advirtió la ponente. Cabo señaló que "los principales efectos adversos de la quimioterapia que se aplica en el cáncer de mama son la fatiga, la mucositis y las neuropatías", y dijo que "es necesario y fundamental adaptar la alimentación a esos efectos". La nutricionista explicó que para minimizar la fatiga es necesario retirar el alcohol por completo y realizar ejercicio físico adaptado, mientras que para la mucositis, "las pautas nutricionales son evitar alimentos duros y secos, ácidos, tomar alimentos blandos, humedecidos, a temperatura ambiente y pasarse un cubito de hielo por el interior de la boca antes de las comidas".

Del mismo modo, destacó que "durante el tratamiento de quimioterapia el nutriente mas importante es la proteína, que no solo se encuentra en alimentos de origen animal, sino también en legumbres y frutos secos como el cacahuete", y explicó que "el tratamiento hormonal produce cambios corporales como aumento de grasa y pérdida de músculo, aunque el peso se mantenga. Además afecta a la salud ósea". "Los huesos no solo requieren calcio, también vitamina D, magnesio, vitamina K, ejercicio físico, y es muy importante reducir la ingesta de sal, porque la sal favorece la eliminación", enfatizó.

Evitar recaídas

"Las guías clínicas nos indican que las dietas ricas en alimentos de origen vegetal y bajas en carnes rojas procesadas, eliminar el alcohol y realizar el ejercicio físico son los puntos clave para evitar recaídas", apuntó la ponente. Por otra parte, llamó la atención sobre la importancia de seguir las pautas de la dieta mediterránea, si bien expuso que encuestas como el estudio científico ANIBES nos indican y dejan patente que la población española está muy lejos de seguir esa dieta mediterránea recomendada, ya que, "entre otros datos, el estudio apunta a que el consumo de frutas y verduras se encuentra alejado de las ingestas diarias recomendadas de tres raciones de frutas y dos raciones de verdura al día".

Por todo ello, recordó que "comer sano supone aportar al organismo los nutrientes que necesita y para ello tanto en la comida como en la cena hay que incorporar un alimento del grupo de las verduras, frutas, proteínas saludables y granos integrales o tubérculos".