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De lo nuestro | Historias heterodoxas

Luces y sombras de un filántropo

La figura de Reinhard Mohn, premio "Príncipe de Asturias" en 1998, que donó los 5 millones de pesetas del galardón a la Biblioteca de Mieres

Luces y sombras de un filántropo

El 14 de noviembre de 1919 se fundó la Biblioteca Pública de Mieres, así que ya cumple su primer siglo. Por sus avatares puede seguirse la historia de este pueblo: la transformación en una villa moderna, la violencia de los años 30, la tristeza de la posguerra, los años dorados -con un pico poblacional que nos llevó a los 71.092 habitantes en 1960-, el desmantelamiento industrial en los años 70, la lenta agonía de la minería y la resignación con que abordamos el siglo XXI.

Hace una década, para celebrar el aniversario de los 90 años se elaboró un vídeo conmemorativo en el que puede verse un buen repaso de la andadura de nuestra institución enmarcada con algunos de estos episodios; ahora también es lógico volver a recordar esta fecha redonda y yo pongo mi pequeño grano de arena dando una charla en su sala de actos para aquellos lectores que tengan la amabilidad y la paciencia de escucharme.

El caso es que cuando estaba incorporando algunas informaciones para documentar la actividad, me encontré con un hecho que no es demasiado conocido por los mierenses: en 1998 el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, dotado en aquel momento con cinco millones de pesetas, fue concedido por unanimidad a un filántropo alemán llamado Reinhard Mohn, quien lo donó a nuestra biblioteca. Por eso hoy quiero contarles alguna curiosidad para que sepan quién fue este hombre y el porqué de su decisión.

Reinhard Mohn estuvo entre los hombres más ricos de finales del siglo XX, empresario y editor, nació en Gütersloh (Alemania) en 1921 en una familia de seis hermanos cuyo abuelo había sido un pastor luterano, fundador en 1835 de una pequeña editorial cristiana; su padre continuó con esta actividad y él se crió entre libros, pero como todos los jóvenes de su época fue movilizado durante la II Guerra Mundial. En el ejército llegó a ser teniente y combatió en el famoso África Korps mandado por el mariscal Erwin Rommel, el Zorro del Desierto, hasta que fue detenido en Túnez por las fuerzas aliadas y trasladado en 1943 al campo de prisioneros de guerra de Camp Concordia en el estado norteamericano de Kansas, donde permaneció hasta 1946.

Cuando fue liberado regresó a Alemania y trabajó para convertir a la empresa familiar en uno de los grupos más importantes del mundo: Bertelsmann AG, que englobó entre otras empresas a la editorial Penguin Random House, luego fusionada con Mondadori y a la que pertenecen por ejemplo Plaza & Janés, Grijalbo, Ediciones B, Debate, Aguilar, Alfaguara y una lista interminable de editoras y revistas de todo tipo, lo que le permitió figurar en el puesto 261 de las mayores fortunas del mundo.

En 1962 fundó en España el Círculo de Lectores, aplicando una fórmula de ventas novedosa que todos conocemos y que seguramente influyó en la decisión del jurado del Premio Príncipe que hizo constar en el acta "su capacidad para concebir y organizar un modelo integrador y participativo de empresa en el ámbito de la comunicación y las humanidades, que ha contribuido en alto grado a la difusión de la cultura mediante la edición de libros y otras publicaciones, la creación de bibliotecas y el fomento de la lectura, a través de una red mundial de multimedia con particular proyección en España, país con cuya cultura ha mostrado una patente identificación".

En 1977, Reinhard Mohn decidió dedicar su tiempo a las actividades filantrópicas y creó Bertelsmann Stiftung con un capital de 100.000 marcos alemanes para "fomentar la ciencia y la investigación, la religión, la sanidad pública, la ayuda a los jóvenes y a los mayores, el arte y la cultura, la formación de adultos y la Formación Profesional, el bienestar, la internacionalización, el Estado democrático de Derecho y el compromiso cívico", aunque según dicen sus críticos detrás de todo también había motivos empresariales y sobre todo fiscales.

Sea como fuese, la realidad es que todos estos objetivos sociales se cumplieron con creces, aunque persisten las acusaciones que consideran a la institución como un "gobierno en la sombra" en Alemania y aseguran que el editor se habría ahorrado hasta dos mil millones de euros en el impuesto de sucesiones o donaciones al transferir tres cuartos de sus acciones a este proyecto, que además cuenta con otros beneficios fiscales a la hora de aminorar el pago de impuestos.

Lo que a nosotros nos interesa es que a mediados de los años 90, se constituyó en España la Fundación Bertelsmann para fomentar aquí la lectura como ya se había hecho en el país germano, impulsando el desarrollo de las bibliotecas públicas por medio de la formación de sus directivos, la difusión de modelos más cercanos al ciudadano y la animación de proyectos para fomentar los hábitos de lectura.

Según este esquema, en 1993 se inició el Programa de Análisis de Bibliotecas (PAB) en cinco localidades con las mismas características de organización y una población similar. En aquel momento fueron elegidas Rentería (Gipuzkoa), Dos Hermanas (Sevilla), Gandía (Valencia), Ciutat Badía (Barcelona), Retiro (Madrid) y Alcudia (Alicante), y 1994 el plan se amplió a otras cinco ciudades, entre las que estaba Mieres cuyos responsables municipales junto a los técnicos de la biblioteca suscribieron el 20 de octubre de aquel año el correspondiente convenio de colaboración para la Gestión Bibliotecaria, que en nuestro caso se prolongó hasta 2009, cuando falleció Reinhard Mohn.

Seguramente el filántropo eligió para donar el importe de su premio a la villa del Caudal por su proximidad a Oviedo, hasta donde llegó para recogerlo, momento en el que también acudieron para agradecérselo Carmela Guerra, en representación de la biblioteca y Gustavo Losa, entonces alcalde de esta villa. Luego, el regalo se aprovechó bien, ya que con los cinco millones se habilitó la sala infantil, se hizo un nuevo despacho y se adecuó la techumbre de la zona destinada a la lectura de prensa en la planta baja, lo que obligó a cerrar temporalmente la primera planta y a interrumpir los préstamos y consultas mientras duraron las obras, con lo que se tuvo que habilitar el salón de actos del centro como sala de estudio.

Posteriormente, entre julio de 1999 y julio 2004 funcionó también bajo los auspicios de la Fundación Berstelmann la Biblioteca Escuela, presupuestada con 30 millones de pesetas para fomentar la lectura entre los escolares, con un personaje llamado "Magazul" que recorrió los colegios mierenses realizando juegos didácticos en las clases y regalando libros a los niños.

Pero la casualidad quiso que el mismo año que Heinrich Mohn recibía su galardón, el historiador alemán Hersch Fischler sacase a la luz los trapos sucios de su pasado familiar, revelando que la editorial Bertelsmann había sido clausurada por el régimen nazi antes de la conclusión de la guerra, aunque al contrario de lo que se venía creyendo no había sido por enfrentarse a sus dirigentes, sino por la escasez de papel que impidió seguir trabajando a las imprentas, y que antes había tenido tiempo de colaborar con la propaganda hitleriana publicando libros antisemitas y de apoyo a las esterilizaciones y eutanasia, e incluso como muchas empresas de la época también se había beneficiado del empleo de prisioneros judíos proporcionados por el Gobierno.

La acusación hizo que se formase una comisión presidida por el israelí Saúl Friedlander, quien concluyó que el padre de Reinhard Mohn se había enriquecido publicando casi 20 millones de libros con propaganda nacionalista, anticomunista y racista que fueron repartidos entre los soldados en los frentes, y que también había hecho donaciones al régimen supremacista.

Lo cierto es que la empresa se vio obligada a pedir perdón públicamente; no así Reinhard Mohn, quien siempre mantuvo silencio sobre esta polémica que no se divulgó en aquel momento en España seguramente para que su estela no enturbiase al propio premio Príncipe de Asturias.

De cualquier forma, los hijos no tienen por qué pagar las culpas de sus padres y él siguió escribiendo ensayos y libros sobre la responsabilidad social y la orientación moral de los empresarios; recibió la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil española en 1999 y en 2005 fue nombrado "hijo adoptivo" de la ciudad mallorquina de Alcudia. Finalmente en 2003 su nombre quedó definitivamente limpio cuando el Congreso Mundial Judío les concedió a él y a su esposa Liz el Premio Teddy Kollek, un galardón que lleva el nombre de quien fue durante casi tres décadas alcalde de Jerusalén y promovió el diálogo con los palestinos, y que se otorga a aquellas personas distinguidas por su defensa de la cultura judía.

Reinhard Mohn favoreció a Mieres y forma parte de nuestra pequeña historia, por eso creo que era necesario dar a conocer estos datos.

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