"Me bloqueé, estaba asustado". Así lo afirmó ayer en el juicio uno de los tres acusados de encubrir un tiroteo en un bar de La Felguera, que se saldó con un herido con tres disparos en las piernas. Los tres acusados negaron haber limpiado y encubierto el altercado, si bien la Policía, en su declaración, expuso que inicialmente negaron que se hubiese producido ningún tiroteo. La Fiscalía mantiene la petición de un año de prisión para cada una de las tres personas juzgadas, mientras que las defensas -cada acusado llevó un abogado- solicitan la libre absolución. Los hechos más graves de aquella madrugada del 9 de julio de 2017, el tiroteo con heridos, aún está pendiente de enjuiciar.
Por el juzgado de lo Penal de Langreo pasaron ayer los dos hermanos propietarios de bares de copas en La Felguera y una de las camareras de estos establecimientos. El primero de ellos negó haber estado en el local en el que se produjo el tiroteo, mientras que el segundo sí que afirmó que se había "bloqueado" debido a lo ocurrido. "Me asusté", expuso, y se refugió en un cuarto del bar. La camarera, por su parte, aseveró que estaba en el baño, y que no vio nada.
Los agentes que atendieron esta emergencia afirmaron que, al hablar con ellos al llegar al bar, negaron que hubiese ocurrido nada. Solo tras insistir admitieron que se había producido una pelea. En la basura encontraron un palo ensangrentado, así como unos calcetines también con sangre. Se piensa que el autor de los tiros -pendiente de juicio todavía- se los puso para empuñar el arma y disparar.
De esta forma, la Fiscalía mantiene su petición de un año de prisión para cada uno de los tres acusados por un delito de encubrimiento. Las defensas solicitan la libre absolución.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 9 de julio de 2017, y acabaron con un hombre con tres balazos en las piernas. Según la Fiscalía, los tres acusados -dos personas que regentaban un bar y una camarera- "lejos de avisar a la Policía" de que se había producido un tiroteo en el establecimiento, "procedieron primero a cerrar el local por un breve espacio de tiempo", durante el cual limpiaron "los restos del altercado, fregando el suelo y recogiendo, entre otros, un palo de madera con sangre y unos calcetines, los cuales arrojaron a un cubo de basura". El Ministerio Fiscal afirma además en su escrito de acusación que "recogieron igualmente una bala sin percutir, que guardaron en el establecimiento. A continuación, abrieron nuevamente el local, sin dar aviso a las autoridades, hasta la llegada de las patrullas de la Policía Nacional, que acudieron tras ser avisadas por el hospital Valle del Nalón, ya que la víctima, con tres disparos, había ingresado en el centro".
Antes de pegarle los tiros en las piernas a la víctima, y según la Fiscalía, ésta fue apaleada por el agresor y un cómplice. La víctima había ido a comprarles droga a las cinco de la mañana, lo que no gustó al arrestado.
