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El Ayuntamiento "ingresa mucho y gasta poco", al contrario que pasaba en 2011

El remanente de 6,3 millones tras reducir la deuda en más de 28 millones hace girar la prioridad municipal hacia la mejora de su gestión del gasto

El Ayuntamiento de Mieres ha pasado de tener en 2010 un remanente de tesorería negativo de 6 millones de euros a cerrar el ejercicio 2018 con un saldo positivo de 6,3. Además, en 2011 se debían 29,4 millones de euros, de los cuales, más de 13,2 correspondían a facturas sin pagar a proveedores y el resto eran débitos con entidades bancarias a las que solicitó créditos. El gobierno local asegura que la deuda será de sólo 200.000 euros a 31 de diciembre de este año. Que el Consistorio mierense ha protagonizado un pequeño prodigio económico parece irrebatible. Por tanto, la cuestión es descifrar las claves de esta metamorfosis de cigarra a hormiga.

Las causas que motivaron el desmoronamiento económico del Ayuntamiento son bien conocidas y pueden resumirse en un puñado de factores asociados. A finales de la pasada década los ingresos cayeron de golpe por causa de la crisis económica. El gasto municipal no se ajustó, incluso se incrementó con la firma en 2009 de un convenio laboral que recogía un incremento salarial conjunto de más de 1,5 millones anuales. Además, la administración local tuvo que cofinanciar muchas obras. "Se gastó mucho, seguramente en exceso, pero es que se hacía también mucho", argumentan los dirigentes socialistas de esa época sin negar ciertos excesos fruto de "la inercia". La complicada situación financiera del Consistorio quedó retratada en un informe de Intervención, que advertía de "preocupantes desfases en las cuentas" y, de manera general, alertaba de la "dificultad para generar liquidez a corto plazo y para garantizar solvencia en un periodo más largo".

La llegada de IU a la Alcaldía en mayo de 2011 provocó un giro radical. En la primavera de 2012 Mieres aprobó su plan de ajuste y la deuda a proveedores pasó a ser deuda bancaria. Se cerró el grifo al gasto, sellando todas las fugas. Tomando como referencia el 30 de marzo de 2012, fecha en la que se aprobó el plan de ajuste local, y situándonos en el 31 de diciembre de 2018, el Ayuntamiento cifra en 28,3 los millones en que ha reducido la deuda. Este significa que han destinado en este tiempo 11.476 euros diarios a este fin.

Sin presupuesto

El éxito económico de Mieres tiene una peculiaridad añadida. Y es que el Ayuntamiento estuvo desde 2009 hasta el año pasado sin aprobar un presupuesto. El área municipal de intervención económica, para muchos el equipo más eficaz del funcionariado local, surgió entonces como un dique, racionalizando el gasto y equilibrando las cuentas hasta el punto que los ingresos han terminado incluso por producir lo que podría definirse como un embalsamiento. Aquí es donde los analistas consultados por este diario ven el actual problema municipal: "Si hace diez años se ingresaba poco y se gastaba mucho, ahora la realidad es que se ingresa mucho y se gasta poco", concluyen los citados expertos.

El remanente de 6,3 millones de euros es, siempre según los economistas consultados por este diario, tanto un éxito como un fracaso: "Lo bueno es que queda patente que el Ayuntamiento ha logrado músculo económico, pero tiene problemas para dirigir hacia el gasto el dinero que genera", apuntan los citados expertos. El gobierno local esgrime el nutrido remanente como un éxito de gestión. En buena medida es compresible que así se valore, aunque un remanente económico no deja ser un disfunción generada por la incapacidad de la administración para canalizar hacia el inversión fondos sin asignación. Dicho de ora forma, el "motor" económico parece ahora, por increíble que parezca, más eficiente que el "chasis" administrativo.

Obesidad económica

Profesionales que conocen bien los entresijos del Ayuntamiento de Mieres ponen un ejemplo ilustrativo de su realidad económica. Explican que en 2011 el Consistorio podría compararse con una persona desnutrida y sin posibilidad de acceder a la comida que necesitaba. Actualmente, añaden, la comida se amontona por los estantes "sobrealimentando a un Ayuntamiento que termina teniendo obesidad mórbida al no lograr dar salida a toda su capacidad de gasto". Y es que el Consistorio mierense cerró 2018 con 6,3 millones de remanente aún cuando en el último cuatrimestre de 2018 se licitaron obras y adquisiciones de vehículos para servicios municipales por valor de más de 2,8 millones de euros.

El concepto contable de remanente tiene su complejidad. Se podría definir como los beneficios arrastrados tras la aprobación de las cuentas del año anterior incorporando todos lo saldos positivos que no fueron asignado a ninguna cuenta o concepto. A efectos prácticos, y siempre que el Ayuntamiento de Mieres no incumpla la regla de gasto, la lectura marcadamente positiva es que el municipio tienen 6,3 millones para inversiones. De hecho, el gobierno local ya prepara un programa de actuaciones.

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