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Nuevas amenazas para el entorno natural

La oruga de boj ya está extendida por los montes de los valles, avisan los ganaderos

Los productores reclaman a las administraciones que "tomen medidas" contra la polilla, que come las hojas de los árboles y puede dejarlos secos

Una trampa contra la avispa asiática. En el recuadro, dos de las atrapadas.

Nueva amenaza para la riqueza natural de las Cuencas. Ganaderos de los valles de Nalón y Caudal aseguran que la aparición en Vega de Arriba de oruga de boj -una especie invasora que come las hojas de los árboles- no es un caso aislado. Aseguran que la polilla "afecta gravemente al entorno" y exigen a las administraciones que tomen medidas "antes de que la plaga sea incontrolable".

Los vecinos de Vega de Arriba fueron los primeros en dar la voz de alarma sobre la presencia de oruga de boj: "Está destrozando los arbustos del barrio", denunciaron rotundos. Además, avisaron de que la zona está únicamente señalizada contra la oruga procesionaria.El problema en Mieres con la oruga procesionaria viene ya de lejos. Hace unas semanas, el Ayuntamiento anunció una serie de medidas contra la polilla para evitar su expansión, especialmente por los parques y zonas caninas. Dos perros tuvieron que ser atendidos en Mieres durante los últimos meses por el contacto con esta oruga, que resulta peligrosa por su veneno.

"Pero lo que tenemos en las zonas verdes de Vega de Arriba es oruga de boj", aseguraron vecinos del barrio. A su anuncio, han respondido los ganaderos: "Se han dado casos por todo el concejo", afirmaron. Hay productores que aseguran haber visto la especie ya en el monte de Lloreo, una de las zonas que cada año recibe a ganaderías de todo el municipio. A un vecino de Ribono, esta polilla le terminó con los arbustos de boj que adornaban la antojana de su casa. También se han dado casos en el municipio de Morcín y en zonas rurales de la comarca del Nalón.

La expansión

La oruga de boj procede de Asia y llegó a Europa hace poco. El primer caso se detectó en Alemania en el año 2006 y, de allí, se expandió al sur del continente. Los ganaderos aseguran que los árboles que atacan "quedan totalmente sin hojas". Y su presencia puede llevar al secado total de las plantas. Hasta el momento, no ha incidido negativamente en las ganaderías de la zona, aunque los productores temen que sea el inicio de una nueva plaga.

"No sabemos el alcance real, pero tenemos claro que cualquier invasora es una mala noticia para nuestro entorno y para nuestra actividad", señalaron. Es por eso que reclaman a las administraciones que "tomen cartas en el asunto" antes de que sea tarde: "Nuestra actividad tiene cada día nuevas amenazas y estamos cansados de batallar solos", lamentaron portavoces del sector primario en las Cuencas.

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