La Guardia Civil ha logrado esclarecer en Lena un robo ciertamente atípico. La víctima es una anciana de 86 años a la que le sustrajeron de su propia casa, un bajo situado en el barrio de Santa Cristina, varias joyas y unos mil euros en metálico. Las pesquisas realizadas por los agentes encargados del caso permitieron descubrir que la ladrona fue la propia vecina de la denunciante. Ésta, tras averiguar que guardaba una llave de su domicilio en el registro del agua, esperó a que la mujer no estuviera en casa para entrar en la vivienda y saquearla. El error que cometió a continuación fue vender una de las joyas en una tienda de compraventa de oro, lo que permitió a la Guardia Civil seguirle el rastro y, finalmente, detenerla.

El robo sufrido por esta lenense en su domicilio generó inicialmente preocupación en el barrio de San Cristina, ya que los vecinos trasladaron a la Guardia Civil sus sospechas de que pudiera estar operando en la Pola una banda de atracadores. El desenlace del caso ha dejado a muchos desconcertados. Fue la vecina del segundo la que entró en el bajo llevándose todos los objetos de valor y el dinero que encontró.

La Guardia Civil resolvió el caso con gran rapidez, ya que el robo se denunció el pasado domingo. A la víctima le faltaban 3 cadenas y 2 colgantes de oro valorados en más de 1.000 euros y otros 1.000 euros en metálico. En el transcurso de la investigación, los agentes localizaron en un establecimiento comercial dedicado a la compra de oro un lote de joyas, llegando a la conclusión de que podían guardar relación directa con los efectos sustraídos. Una vez comprobado este extremo y averiguada la identidad de la persona que realizó la transacción, resultó ser la vecina de la denunciante. Durante la investigación se pudo constatar que la presunta autora empleó una llave de la propietaria de la casa escondía en el registro del agua para disponer de ella en caso de pérdida u olvido de las que utiliza habitualmente.

La asaltante no tiene antecedentes penales. Tras presentarle la Guardia Civil las pruebas que había logrado recabar contra ella, la mujer reconoció los hechos, entregando a los agentes varias joyas de su vecina que aún tenía en casa. De esta forma toda las cadenas y colgantes robados han podido ser devueltos a su propietaria. Lo que la Guardia Civil no pudo recuperar fueron los mil euros sustraídos. La detenida aseguró que se los había gastado.