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Los buitres leonados amenazados por los escaladores

Los ecologistas exigen que se limite la actividad deportiva en Morcín porque pone en peligro la viabilidad de la cría de esta especie protegida

El peñón de Figares, con la zona de escalada en la parte superior. SILVEIRA

El pueblo de Figares cuenta actualmente con cinco casas habitadas y apenas una veintena de vecinos. En este bello paraje morciniego la naturaleza se vuelve vertical, con muros de roca que se elevan decenas de metros sobre el estrecho valle. Estas abruptas paredes están más pobladas que la propia aldea, ya que en ellas habitan unos 25 buitres leonados. Los ecologistas denuncian que este asentamiento animal está amenazado por el hombre aún situándose en cornisas aparentemente inaccesibles. Y es que Figares alberga una popular escuela de escalada. Los ornitólogos exigen una regulación que, cuando menos, limite la practica deportiva en época de anidación.

La Sociedad Española de Ornitología (Seo/BirdLife) ve preocupante la proliferación de las actividades ligadas a la escalada y la apertura de vías en áreas de cría del buitre leonado. Son varias las paredes de roca que se están utilizando para esta práctica deportiva en el límite de los concejos de Mieres y Morcín, con Figares como centro neurálgico. "La cercanía de las vías de escalada a los nidos y la asidua presencia de escaladores en esta época del año está poniendo en riesgo la cría de algunas de las parejas, e incluso se ha llegado a producir la pérdida de alguno de los pollos en los nidos más expuestos.", sostiene Nicolás López, responsable del programa de conservación de especies amenazadas de Seo/BirdLife.

La denuncia de los ecologistas no busca necesariamente que se prohiba la práctica de la escalada en Figares y alrededores. La Coordinadora Ortinolóxica de Asturias reclama al Principado una regulación similar a la que ya se ha llevado a cabo en otras comunidades autónomas, como Aragón o Andalucía. "Nos estamos quedando atrás. Es necesario un estudio que determine el daño que es está causando a los buitres, planteando lo antes posible medidas que bien pueden ser la prohibición de esta práctica en zonas concretas o durante los periodos de cría", explica Clemente Álvarez, responsable del colectivo regional.

Un estudio realizado el año pasado por Seo/BirdLife detectó en las cornisas que se asoman sobre Figares un total de 9 nidos de buitre, cuatro de ellos con pollo y cinco con cría probable. Siempre según los datos que esgrimen los ecologistas, al menos dos nidos "fracasaron" a causa de las molestias derivadas de las actividades de escalada que se realizan en la cercanías, "ya que estas actividades se realizan a unos 30 metros de los nidos ocupados". En otras estribaciones rocosas del entorno se han localizado otros 11 nidos.

Otras especies

"Desconocemos si en estos mismos enclaves o en las inmediaciones, además de las afecciones sufridas por las colonias de buitres leonados pudiera haber habido molestias o daños a otras especies catalogadas como halcón peregrino, águila real o alimoche", indican los portavoces de la Sociedad Española de Ornitología. Los ecologistas recuerdan que el buitre leonado es una especie protegida e incluida a nivel nacional en el listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Por lo tanto, de acuerdo con la legislación incluida en el Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (versión consolidada; última modificación: 22 de septiembre de 2015), en cuanto a prohibiciones y garantía de conservación para las especies protegidas, está prohibido "darles muerte, capturarlos, perseguirlos o molestarlos, así como la destrucción o deterioro de sus nidos, vivares y lugares de reproducción, invernada o reposo". Los ecologistas exigen al Principado protección para los buitres que se asoman a los espectaculares balcones naturales de Figares.

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