Con "Les Pandereteres de Filandón" versionando el "Canto a la sidra" de la zarzuela "Xuanón", letra de José Ramón Martín y música de Federico Moreno Torroba, arrancó la primera final del XXII Concurso "Cuenca del Caudal", organizado por la Asociación Cultural Güeria de San Xuan y la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Mieres. Se trata de una pieza que cumple 25 años y, aunque como zarzuela no tuvo mayor recorrido, queda este canto como su pieza más conocida, ejemplo de un género en franco retroceso. Tras la presentación de Alberto Cienfuegos, el grupo "Filandón" volvió a sus orígenes con la interpretación de "L'araña", bien reconocida por los aplausos del público que llenaba el auditorio Teodoro Cuesta.

Arrancó la sección de concurso con la modalidad estrella de esta temporada, la Canción Asturiana al Piano. Con treinta voces presentadas a la fase anterior, serán diez las que podremos escuchar los dos días de las finales. El primero de los participante fue Carlos Velasco, que lo hizo con la asturianada "Salvar les cuenques mineres", acompañado por Amor Muñiz, pianista oficial del concurso. Seguida de la primera participante en modalidad femenina, María Luisa Martínez, impresionante en la tonada de la tierra "Esa saya colorada", de las que se llamaba antiguamente canción d'arrieros, y a la gaita de Jorge Areces la también tonada de la tierra en giraldilla "En el roncón traigo Asturies".

Fue Sergio Menéndez la primera de la voces en modalidad masculina y cantó de primera la arriera abaxo y arriba "L'aire m'apagó la vela", que dejara grabada Xuacu'l de Sama en 1925, y de segunda la payariega "Cuando yo salí d'Asturies", una de esas canciones propias de una final ya que se arriesga en ella por su dificultad y se sabe que los jurados valoran positivamente estos riesgos. Para dar paso a la segunda de las intervenciones de Canción Asturiana al Piano, la cantadora Sandra Álvarez, que lo hizo con la asturianada "Texedora de Bayu", muy aplaudida y reconocida por el público, por tratarse de una canción poco cantada y realmente compleja. José Tronco Valle cantó sin acompañamiento de gaita, la versión ayerana de la tonada brava "Tien una llinia trazada" y la asturianada "La santina minera", muy aplaudidas porque al público le gusta el clasicismo de este cantador. Dando paso a la turonesa Patricia Pariente, que intervino con la tonada dura a la gaita "Adiós al valle de Viangu" y la brava, también a la gaita, "A vivir a la montaña", ambas resueltas con brillantez para una voz que va ganando año tras año.

Mucha expectación

Otra de las voces barítonas tan queridas por el público, la de Gabriel González Tuya, se subió al escenario acompañado al piano para dejar constancia de su buen hacer con la asturianada "La mio neña". Llegando a continuación una de las voces grandes del momento, la del cántabro Álvaro Fernández Conde, que empezó sin gaita con la praviana "Arrea, carreteru" y continuó con ella con la brava "Acarretando maera". De nuevo José Tronco Valle se subió al escenario, en esta ocasión en la modalidad de Canción Asturiana al Piano, con la asturianada "Naide", incorporación reciente al repertorio de concurso y que el cantador resuelve estupendamente. Para seguir, también de nuevo y esta vez en la modalidad femenina, Sandra Álvarez, con la asturianada "Carretera abaxu va", sin gaita, y con ella la braba "Hai una llinia trazada".

Carlos Velasco, en modalidad Masculina, cantó la dura "Viva la xente minera", que inmortalizara, Quin el Pescador en 1929 y Xuacu'l de Sama en 1930, y con acompañamiento de gaita la payariega "Cuando yo salí d'Asturies", ambas bien resueltas e igualmente muy aplaudidas. Patricia Pariente, al piano de Amor Muñiz, se hizo clásica en su versión de "Al pasar per el puertu", asturianada en tiempo de seguidilla que en 1929 La Busdonga convirtió en una de las piezas inmortales de la canción asturiana. Cerrando el turno de intervenciones Gabriel González Tuya con dos canciones sin acompañamiento de gaita, las pravianas "Soi de Pravia" y "Arrea, carreteru", de la que nos quedan de referencia las versiones de Botón en 1918 y de Juanín de Mieres en 1930.

Alberto Cienfuegos despidió el concurso hasta el sábado próximo ante un Auditorio lleno hasta la bandera, con la recomendación de ser puntuales, dadas las molestias que generan a los cantadores a concurso el continuo trasiego de gente entre las cámaras de televisión y los cables. Tras la siguiente final y el paréntesis de Semana Santa, el concurso quedará visto para sentencia pudiendo disfrutar el público mierense de la Gala de Campeones que, como en anteriores ediciones, sumará los premios generales en Canción Asturiana al Piano, Femenina y Masculina, los premios especiales patrocinados por diferentes entidades comerciales y que este año ascienden a nueve.