En las Cuencas ya solo se saca carbón en el pozo Nicolasa de Hunosa. Esto no quiere decir que la minería haya puesto su punto y final en la comarca. En los últimos meses están surgiendo una serie de iniciativas basadas en minerales distintos del carbón que, de fructificar, podrían ser un importante foco de empleo. Tienen un punto en común: se trata de proyectos que buscan principalmente materiales necesarios para las energías renovables -sobre todo para las baterías de almacenamiento, necesarias para regular estas energías- y para empresas tecnológicas -cobalto, esencialmente-. Porque tanto las energías "verdes" como los avances en materia de telecomunicaciones siguen necesitando de materias primas, minerales, que, en algunos casos podrían encontrarse en las Cuencas.
Un ejemplo de estos proyectos que se quieren poner en marcha es la iniciativa que encabeza una empresa irlandesa para encontrar minerales en el área del Aramo. Busca, sobre todo cobalto, aunque no descarta otros minerales como el bario, bismuto, cobre, fluorita, níquel, oro o plata. En la vecina provincia de León, también duramente golpeada por el final del carbón, también hay previsiones para seguir explotando diversos materiales: se quieren abrir minas de hierro y una de pizarra, además de haber proyectos de investigación similares al del Aramo, para la búsqueda de plomo y zinc.
Los proyectos para encontrar nuevos minerales en las Cuencas afectarían sobre todo a los concejos de Riosa y Morcín. Desde Riosa, el gobierno local se muestra cauto con esta iniciativa. "De momento es sólo un estudio, pero en el caso de que sea positivo, tendremos que valorar muchas cosas antes de conceder los permisos", destacaba Ana Díaz, la alcaldesa. El regidor de Morcín, Mino García, quien tiene un pasado ligado a los sindicatos mineros, también mostraba cautela, aunque consideraba que de salir adelante, esta actividad podría ser un revulsivo laboral para estas comarcas tan perjudicadas por el desempleo.
Los datos
Proyectos. Una empresa irlandesa hará prospecciones en la zona del Aramo para buscar diversos minerales, entre ellos el cobalto o el níquel. Se trata de materiales imprescindibles para la denominada "nueva economía".
Empresas. Los nuevos proyectos mineros están enfocados a encontrar minerales que siguen siendo necesarios para desarrollar las energías renovables -sobre todo las baterías de almacenamiento- y para las empresas tecnológicas.
Situación. De momento, el proyecto para las Cuencas está iniciándose. Se invertirán 600.000 euros en conocer el subsuelo, y en caso de hallar minerales interesantes, los municipios deberán decidir si dan permisos o no.
Aun así todavía es pronto. Según los datos recabados de las reuniones que la empresa ha mantenido con los consistorios afectados, las intenciones se basan únicamente en el estudio inicial, que estiman tendrá una duración de tres años y en el que planean invertir unos 600.000 euros. De seguir adelante y si los resultados son positivos, aquí ya entraría la competencia municipal, que deberá sopesar la apertura de las minas.
En León parecen tenerlo más sencillo. Y es que en la actualidad ya hay minas abiertas de pizarra con una importante producción. Asimismo, en la actualidad se está llevando a cabo la evaluación de impacto ambiental para la reapertura de las minas de hierro del Coto Wagner y se está tramitando la solicitud para abrir una nueva mina subterránea de pizarra en Benuza. También hay proyectos de investigación para evaluar la posibilidad de explotar plomo, zinc, cobre, níquel y cobalto. Como en el caso de las iniciativas de las Cuencas, se trata de materiales utilizados en sectores empresariales emergentes, como el de las energías renovables y las tecnológicas.
Se da la circunstancia de que, para poder almacenar y regular la energía generada por las grandes plantas solares y eólicas, son necesarias baterías que funcionan gracias a minerales. De esta forma, la "vieja" minería sigue siendo imprescindible para el funcionamiento y sobre todo, la posibilidad de regulación de las renovables. Estas energías no se producen constantemente y a voluntad, como ocurre con las energías fósiles, que son regulables: se elige cuándo se produce más o menos. En las renovables, este flujo no es constante, y las baterías son necesarias para almacenar energía y "soltarla" en el sistema eléctrico para consumirla cuando sea necesario.
La obtención de unas baterías que optimicen el almacenamiento y el uso de la electricidad es una de las investigaciones en las que más recursos están poniendo las grandes empresas energéticas, además de centros de investigación y universidades de todo el mundo. Las que se usan actualmente utilizan normalmente litio, pero muchas investigaciones apuntan al uso de baterías de sodio-azufre o incluso de sodio-cloruro de níquel. Las tecnológicas también demandan para sus productos cobalto, algo que ha hecho que muchas compañías emprendan sondeos para intentar hallar yacimientos de este mineral. Es el caso de lo que ocurre en el Aramo.
Reino Unido
Y mientras en España se cierran las minas de carbón, en Reino Unido, se prevé retomar la explotación de este mineral treinta años después del cierre de la última explotación. Se trata de una mina de interior con el objetivo de sacar carbón para industria siderúrgica que podría crear medio millar de puestos de trabajo. El proyecto cuenta con apoyo político, pero tiene en contra a los ecologistas. Para mitigar los efectos medioambientales también está previsto la creación de un parque solar de 50 megavatios con el que se proporcionará un tercio de las necesidades de la mina. Sin embargo, esto no va a tener reflejo en España.
