Una Semana Santa "floja" en el volumen de visitantes fue el colofón con el que las estaciones de esquí asturianas echaron ayer el cierre a la temporada. Una campaña que el Principado no alargará debido a que las estaciones no estaban en óptimas condiciones de nieve y porque los usuarios -debido a las fechas del año- ya optaban por otros destinos menos invernales. A pesar de ello, ayer se respiraba cierta satisfacción tanto en Valgrande-Pajares como en Fuentes de Invierno, con la sensación de haber hecho bien el trabajo y haber aguantado hasta el final, algo que no siempre se puede asegurar debido a que son las condiciones meteorológicas las que marcan el paso en estas instalaciones. Esta semana -casi con total seguridad en la jornada de mañana- los directores de las estaciones ofrecerán un balance más detallado de la temporada junto a los responsables de la Consejería de Cultura y Deportes.
Aunque ambos complejos consiguieron llegar al final de la temporada, la situación ha sido bien distinta en cada uno de ellos durante esta Semana Santa. Valgrande-Pajares no pudo abrir sus puertas durante el jueves y el viernes debido al temporal, mientras que sí lo hicieron tanto el sábado como ayer, pero con una oferta esquiable muy escasa. De hecho, la estación lenense sólo ofertó seiscientos metros repartidos en dos pistas para la práctica del esquí. "Abrimos con una oferta muy escasa, y además en Gijón estaban a veinticinco grados, con lo que la nieve se queda en segundo plano, así que se puede decir que hemos tenido una Semana Santa floja", apuntó Javier Martínez, director de Valgrande-Pajares.
El responsable del complejo lenense también consideró "un absurdo" que se hubiese alargado la temporada -aunque la decisión final es de los responsables del Principado-. En su opinión, "es un absurdo continuar abiertos cuando la Semana Santa cae tan tarde y con una nieve escasísima".
Fuentes de Invierno afrontó la Semana Santa en mejores condiciones, ya que llegó a ofrecer más de cuatro kilómetros para esquiar en diez de sus quince pistas. Sin embargo, la parte baja de la estación no tenía nieve, y en la alta, como apuntó su director, Jorge Fernández, "todas las pistas son para un nivel alto, con lo que no hay variedad que ofrecer a los usuarios que nos visitan". Para el responsable de la estación allerana, la Semana Santa "ha sido más floja que otros años, sobre todo porque ha caído más tarde en el calendario y la gente elige ya otros destinos". Además, como apuntó Fernández, "no teníamos nieve en las dos pistas que llegan a la base de la estación, eso merma mucho los usuarios". Eso sí, también se sentía satisfacción en sus palabras. "Ha nevado poco esta temporada, pero nos ha cundido mucho la nieve, además hemos tenido meses de tiempo estable, que eso siempre es bueno", destacaba. Al igual que su compañero en Valgrande-Pajares, tampoco consideró que mereciese la pena alargar la temporada. "Creo que sólo se debe hacer cuando las condiciones son muy buenas, y no es el caso".
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La temporada de esquí se inició oficialmente el pasado 3 de noviembre, aunque no sería hasta nueve semanas más tarde, concretamente el 21 de enero, cuando los complejos invernales pudieron abrir sus puertas con nieve suficiente para la práctica del esquí. Sin embargo, Valgrande-Pajares estuvo a punto de adelantar la temporada para abrir el 3 de noviembre, casi un mes antes de la fecha oficial, debido a una espectacular nevada que cayó a finales de octubre y que llenó de optimismo tanto al Principado como al personal de la estación. Pero la lluvia dio al traste con estas pretensiones y hubo que esperar hasta que, ya en este año, llegara la nieve para quedarse.
Asimismo, la temporada no estuvo exenta de polémica debido a la huelga que protagonizaron los trabajadores de Pajares por no entregarles a tiempo la correspondiente ropa de trabajo. Y en febrero el complejo llegó a estar incomunicado durante veinticuatro horas, dejando aisladas a 200 personas. Finalmente, se alcanzó un acuerdo con el Principado y la huelga se dio por concluida. También fue destacable la dimisión del director de Deportes, Ramón Tuero, que volvió al Ayuntamiento de Gijón como concejal.
