David Moreno tiene la mesa llena de papeles y la vista puesta en el ordenador cuando alguien llama a la puerta de la Alcaldía. "Adelante", responde en alto.

Son los últimos días del alcalde de Aller sentado en ese sillón. Lleva ocho años ocupándolo, y otros ocho en el Ayuntamiento como concejal. Había el rumor en la calle de que podría iniciar su propio proyecto, acallado por completo ayer con la publicación en el BOPA (Boletín Oficial del Principado de Asturias) de las listas que concurrirán a las próximas elecciones municipales. Él no aparece en ninguna. "Yo siempre seré socialista", asegura, a pesar de que la Federación Socialista Asturiana (FSA) le expulsó tras la apertura de un juicio oral por presunta prevaricación (del que finalmente resultó absuelto). También aparece en el "caso Hulla" del geriátrico del Montepío, como el resto de la Corporación allerana de 2007. Ocurrió hace dos años y, desde entonces, él y su equipo gobiernan el concejo como no adscritos. Ahora, dice, tiene que preocuparse de su vida privada: "Voy a recuperar el tiempo que le he quitado a mi familia".

Entre los papeles de la mesa está un catálogo con la propuesta para oficializar el Camino de Santiago de Aller. Se hizo pública hace sólo dos días. De hecho, no hace ni una semana que estuvo en el Valle d'Aran para iniciar el hermanamiento con Aller. Es cierto que no ha bajado el ritmo: "No he dejado de trabajar y no pararé, porque el mundo no se acaba el 26 de mayo y yo tengo un compromiso con los vecinos", afirma.

Cogió el bastón de mando, por segunda vez, en 2015. Dos años después, su partido -en el que milita desde la juventud- le pidió que dimitiera tras la apertura del juicio oral por una presunta prevaricación en la contratación de monitores para el polideportivo de Sotiello (que surgió de una denuncia del PP ante Fiscalía). "Ese día tomé la decisión de que no dimitiría y también de que, pasara lo que pasara, este sería mi último mandato", confesó ayer. Salió absuelto de la vista oral, pero sus intenciones no se movieron. Junto a otros miembros de la corporación que sí concurren a las elecciones, está investigado por el caso de la residencia del Montepío.

A la negativa de Moreno siguieron días agitados. El Alcalde aseguró que seguiría como no adscrito, todos los concejales del gobierno local le siguieron. "Será el caos", aventuraron algunos grupos de la oposición. Pero lo cierto es que, sin contar con denuncias y líos judiciales, en el Ayuntamiento de Aller ha reinado la calma: "Me alegra dejarlo en la situación económica que está ahora, pagamos a proveedores en dos días", asegura Moreno.

-¿ No le da pena marcharse?

La mirada de David Moreno baja al escritorio: "La verdad es que no. Lo cierto es que no sería capaz de enfrentarme políticamente al PSOE, el que ha sido mi partido durante tantos años. El partido en el que creo", asegura. No le llamaron para proponerle su vuelta: "Al menos no me llamó quien yo creo que debería llamar, que es la dirección del PSOE", matiza.

El futuro

Su futuro, ahora, es suyo. "Nadie me verá pasar por una puerta giratoria. Ahora quiero recuperar mi vida privada, dar a mi familia todo el tiempo que le quitado", reconoce. Este verano, anuncia con una sonrisa, tendrá las vacaciones de verano que lleva ocho años sin disfrutar. Luego emprenderá un proyecto del que no quiere dar detalles y seguirá la vida: "Todo lo que he aprendido aquí me lo llevo, he crecido como persona y como profesional en este Ayuntamiento".

Antes de que se cierre la puerta de Alcaldía, la voz de David Moreno se eleva. "Oye, una última cosa que es de justicia destacar", dice. Y coge aire, porque es el primer momento de la conversación en el que se emociona: "De la política conocí la cara más amarga, dejar en un segundo plano lo político para entrar en un ataque personal. Pero también descubrí el significado real de la palabra lealtad, con un equipo que siempre estuvo a mi lado. Se lo agradeceré siempre".