El futuro cierre de la térmica de Lada ha "deteriorado notablemente" las relaciones laborales en la instalación, que hace una década tenía 140 trabajadores y que ahora cuenta con menos de la mitad, 69. Además, la empresa Iberdrola ha despedido a un empleado que llevaba 40 años trabajando en la térmica. Una decisión que provocó ayer una protesta de trabajadores y vecinos de las Cuencas -acudieron unas doscientas personas-, y que ha sido llevada a juicio por el SOMA-FITAG-UGT, sindicato en el que milita el despedido. La central tiene claro que la intención de Iberdrola, "que ya no nos comunica nada sobre el cierre", que tendría que llevarse a cabo este verano, es la de "dejar morir la factoría", pese a la oposición de trabajadores, sindicatos y partidos políticos de la comarca.
Ángel García, secretario general de UGT del Nalón y trabajador de la térmica, señaló que en noviembre de 2017 la empresa registró la solicitud de cierre de la central, "sin plantear alternativas". Paralelamente, con la nueva dirección del centro, "comienzan a producirse un exceso de horas extras y jornadas laborales con turnos de 12 horas". Todo ello, según explicó, "motivado por la reducción de la plantilla y la no cobertura de bajas y vacantes". Todas estas cuestiones se llevaron ante la Inspección de Trabajo, "unas acciones que no gustan en la empresa, y se comienzan a percibir ciertas actitudes de persecución sindical", algo que para el sindicato culmina con el despido del trabajador.
En la concentración también intervino José Luis Alperi, secretario general del SOMA. Destacó que la readmisión es "irrenunciable", y recordó que la térmica lleva funcionando en Lada 70 años. "Vamos a seguir peleando para que siga abierta", aseveró el dirigente sindical, y que en caso de no hacerlo, "reclamamos una instalación industrial que iguale el empleo que hay. Iberdrola tiene capacidad suficiente para hacerlo, solo es necesario un poco de voluntad". También incidió en que la empresa es propietaria de terrenos como "Nitrastur, que compró a bajo precio porque están contaminados. Y lo lógico es que el dueño de la parcela sea quien lleve a cabo esta descontaminación". También está la escombrera de cenizas de la térmica situada en el entorno del pueblo de Cuturrasu, "que tememos que, si hay cierre, no se mantenga en condiciones".
Los trabajadores de la central tienen claro que, si Iberdrola quisiera, la central sería "perfectamente viable". Expusieron que "ahora resulta que somos una empresa verde", y por tanto, reclamaron la "descontaminación de los terrenos de Nitrastur" y la implantación de un proyecto que sustituya a la térmica "si de tanta responsabilidad social presume".
Entre los asistentes a la concentración estuvieron los alcaldes de Langreo, Jesús Sánchez, y de San Martín, Enrique Fernández. Sánchez, extrabajador de la térmica, estuvo "apoyando a mi compañero", y llamó a la empresa a "reflexionar sobre todo lo que está haciendo en Langreo".
