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El particular ranking de la Brigada

El jefe del equipo de salvamento minero explica algunas de sus intervenciones menos conocidas pero con las que se encuentran muy satisfechos por las condiciones de su labor

El rescate del pequeño Julen, el niño de dos años fallecido tras caer en un pozo de Totalán (Málaga), puso en vilo al país. Y erigió como héroes a los miembros de la Brigada de Salvamento Minero de Asturias (dependiente de Hunosa) que, tras 102 años de historia y cientos de arriesgados rescates, salieron por primera vez del anonimato.

"No fue el escenario más difícil que nos hemos encontrado", aseguró el jefe de la Brigada el lenense Sergio Tuñón, en la primera valoración técnica que se ha hecho pública. Lo hizo durante un encuentro con alumnos de la Escuela Politécnica de Mieres. Su teléfono, explicó Tuñón, está disponible para todos los ciudadanos, entidades o empresas que se enfrenten a una emergencia en la que su experiencia pueda resultar útil.

Durante los últimos años, este equipo de rescate con base en las instalaciones del pozo Fondón de Hunosa, en Langreo, se ha encontrado con situaciones que les ha puesto a prueba y que han diversificado sus funciones. Hoy, son un equipo único en el mundo. Este es su particular bestiario.

Rescate en la mina de Cerredo. Ocurrió en julio de 2017. Roberto Calviño, minero de 40 años, falleció sepultado bajo un gran derrabe. El escenario, reconoció Tuñón, era "una monstruosidad". Precisaron de cuatro hormigoneras y construyeron un muro, a través de la fórmula de gunitado, para acceder hasta el lugar. Liberaron el cuerpo del trabajador tras horas de trabajo.

Incendio en una mina de Carbonar. La combustión de carbón en una mina de Cangas del Narcea fue un suceso imprevisto para los miembros de la Brigada de Salvamento Minero. Ocurrió el año pasado, según la investigación, por una mala praxis de soldadura. "Es un ejemplo de escenario con el que no contábamos y al que tuvimos que enfrentarnos sin saber con lo que nos íbamos a encontrar", explicó Sergio Tuñón. Afortunadamente, se trataba de una quema de antracita. Según los expertos, es un mineral que quema lento y difícil de prender.

Labores en la cueva de Galdames. La Brigada de Salvamento Minero participó en el operativo, formado por más de ochenta personas, para recuperar el cuerpo del espeleólogo José Gambino. Ocurrió en una cueva del municipio de Galdames (Vizcaya, País Vasco). El hombre falleció tras quedar sepultado. Para acercarse al lugar, los miembros del equipo atravesaron espacios con muy poca ventilación y casi impracticables. Finalmente, por expreso deseo de la familia, no recuperaron el cuerpo. Se colocó un monumento como homenaje.

Actuación en Cogersa. La Brigada fue requerida para mejorar la seguridad y la superficie del vertedero central de Asturias. Fue uno de los primeros trabajos del equipo con productos químicos, al estar en contacto con altas concentraciones de metano y amoniaco.

Cooperación internacional. En los últimos años, la Brigada de Salvamento Minero ha estado en contacto y colaborado con cuerpos de seguridad de fuera de España. "Tengo que admitir que fuimos profetas primero fuera de la tierra", reconoció Tuñón. Los primeros en solicitar su colaboración para mejorar las prácticas fueron los bomberos de Portugal. Después en Italia, donde los efectivos "tienen unos equipos ejemplares" para realizar su trabajo. También han cooperado con bomberos de Israel. Sorprende que no formen parte, al menos no de forma continua, de la planificación de seguridad en los túneles de la Variante de Pajares.

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