La estación de esquí de San Isidro, dependiente de la Diputación de León, cerró ayer sus puertas, a la vez que la de Leitariegos, y de esta forma la actividad en los complejos invernales de la cordillera cantábrica. Una semana antes, al concluir la Semana Santa, lo hicieron las estaciones asturiana de Valgrande-Pajares y Fuentes de Invierno.

San Isidro echó el cierre con un día soleado y nieve suficiente para la práctica de el deporte alpino en algunas de sus pistas, especialmente las que configuran el circo de Cebolledo, donde se concentraron el mayor número de personas asistentes ayer a la estación, muchas de ellas procedentes de Asturias a través del Corredor de el Aller.

La Diputación de León eludió, como es habitual, realizar un balance no solo del fin de semana, sino de la temporada, en especial en San Isidro, estación que tiene pendiente su posible fusión con la asturiana de Fuentes de Invierno para conformar un gran complejo invernal en el Norte de España.

Pérdida en Asturias

A la espera de los datos de asistentes en las estaciones leonesas, ya se conoce que las asturianas perdieron algo más de un 25 por ciento de usuarios respecto a la temporada anterior, con casi 95.000 esquiadores frente a los 128.000 que recibieron el año pasado.

La meteorología adversa hasta principios de este año ,y la falta de mejoras en la estación de Valgrande-Pajares fueron algunas de las causas alegadas, primero por la administración del Principado y después por los empresarios ligados al negocio de esquí.

Hasta el cierre de la temporada Felechosa daba cabida a muchas familias tanto asturianas como procedentes de la comunidad gallega y también Portugal que hace décadas descubrieron el atractivo de las estaciones norteñas y que será mucho más importante el día que Asturias y León sellen el acuerdo de unir ambas estaciones consiguiendo así el complejo más importante de el norte de España.