"Sin temor, véame / no me voy a disculpar / así soy".
Suena la canción "Así soy" de Maite Perroni, y el grupo ejecuta una perfecta coreografía. Desde una esquina de la sala, Nieves Mejuto sigue el compás con un pie: "¿Te sorprende lo que encuentras aquí dentro, no?". Sorprende de poco sorprendente: amigos charlando con amigos, chicos enamorados e inquietudes sobre la vida que tienen por delante. "En realidad, ves personas que son diferentes a ti en alguna cosa. Pero es que todos somos diferentes y, a la vez, todos tenemos muchas cosas en común".
En una de las paredes se anuncia un taller de educación sexual. "Los chavales necesitan apoyo y formación en muchas cuestiones de la vida, incluida la sexualidad", explica la directora. La responsable del centro tiene claro que "tienen derecho a disfrutar de su sexualidad a medida de lo que puedan. Y tienen que tener los apoyos necesarios tanto en una atención a la hora de lavar los dientes, de subir a un autobús o de disfrutar de su sexualidad y saber cómo pueden colocar un preservativo". Inciden mucho en la práctica del sexo seguro, para evitar la posible transmisión de enfermedades y embarazos no deseados.
No todos reciben la misma formación. "Cada uno tiene el apoyo que necesita, ya que hay chavales que no expresan o que no trasmiten una necesidad de formación en ese sentido". Cuando se inicia una relación, las familias son informadas.
Es hora de despedirse. Víctor alza un poco la voz: "Espera".
-¿Vas a contar lo mío con Mónica?
- Si a vosotros os parece bien, sí. Creo que es una historia muy bonita.
-Sí, cuéntala, porque a mí también me parece una historia guapa. La más guapa, la verdad.
