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La Universidad no tiene por qué ser aburrida

Más de 180 alumnos de Secundaria participan en las Olimpiadas de la Politécnica de Mieres para conocer sus estudios

Cuatro estudiantes prueban la caja de arena cartográfica, que utiliza la realidad aumentada. J. R. SILVEIRA

Los profesores de la Escuela Politécnica de Mieres abandonaron por unas horas las correcciones de los exámenes para centrarse en la organización de las Olimpiadas del campus. Un evento en el que invitan a los alumnos de Secundaria para que conozcan las instalaciones universitarias de Mieres, aunque con un enfoque más divertido y desenfadado. Y no defraudó. Más de 180 alumnos participaron en esta iniciativa, duplicando los datos del año anterior, tal y como explicó la directora de la Politécnica, Asun Cámara.

Los chavales llegaron de los institutos Bernaldo de Quirós (Mieres), La Quintana (Ciaño, Langreo); Virgen de Covadonga (El Entrego), Santa Cristina (Pola de Lena) y Monte Naranco (Oviedo); además del colegio Sagrada Familia-El Pilar, de Pola de Lena. Todos ellos se enfrentaron a un total de siete pruebas que estaban relacionadas estrechamente con los grados que se estudian en Mieres. En uno de ellos, los alumnos tenían que servirse de diversos materiales para construir una presa y ver cuánto aguantaba el agua. También tuvieron que construir el "puente Da Vinci", una infraestructura que se realiza con listones, configurados de tal manera que se sostienen solos y, una vez montado, podría aguantar el peso de una persona. Otra de las pruebas era realizar un arco de dovelas. Estos elementos se apoyan sobre una cimbra de sujeción y, una vez colocados todos, al retirarse la cimbra, tienen que sujetarse sin ningún otro apoyo.

El manejo de drones, que ya es un clásico en la Politécnica de Mieres, también formó parte de una de las pruebas, en este caso de habilidad. Tampoco faltaron los videojuegos, aunque en este caso lo que tenían que hacer los alumnos era unir estaciones con pasajeros y hacer la logística de esas redes. Por último, y como prueba estrella de las Olimpiadas, la construcción de puentes con palos de helado. En este caso, los estudiantes tenían que haber elaborado su propio puente en el instituto y ayer lo llevaron a la escuela para comprobar su resistencia. Entre estos pequeños "ingenieros" se encontraban Lidia Blanco y Ángela Álvarez, ambas del IES Bernaldo de Quirós, quienes explicaron que "además de los palitos pusimos sedal de pesca para que aguante más, aunque no sabemos cuánto". Desde Ciaño llegaron María García y David Nicolento, quienes aseguraron que "ha sido todo muy interesante, y es una opción que valoraremos a la hora de pensar qué carrera estudiar".

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