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El padre del joven tiroteado en La Felguera pide la herencia tras 27 años sin ver a su familia

"Nos pegaba a nosotros y a mi madre y vendía cosas para comprar droga", relata Yonathan Castro, el otro hijo de F. L., encarcelado en Salamanca

Yonathan Castro, ayer, en Riaño. F. GEIJO

Iván Castro Verdejo -el joven tiroteado mortalmente en diciembre de 2017 en un garaje de La Felguera- y su hermano mellizo Yonathan perdieron el contacto con su padre en 1992, cuando su madre, harta de palizas y tras dos condenas a su pareja por violencia de género, decidió coger a sus hijos, que tenían 6 años, y abandonar el domicilio familiar, en Sotrondio, para irse a Riaño. Iván y Yonathan no tuvieron más noticias de su progenitor. En enero de 2018, tras 26 años, y un mes después del crimen de Iván (por el que están en prisión provisional Nelson A. y Marta R. N.), Yonathan y su madre recibieron un carta enviada desde la prisión de Salamanca remitida por un recluso. Era de F. L.

En la misiva, el padre mostraba un tono general de arrepentimiento, pero formulaba a su expareja una petición extraña: el DNI de sus hijos. La familia ya temió desde un primer momento que el interés del hombre tras más de dos décadas sin tener noticias suyas era beneficiarse de parte de la herencia de Iván y de una hipotética indemnización tras el juicio por el crimen.

La familia decidió iniciar un procedimiento en los juzgados para declarar indigno al progenitor y evitar que pudiera optar a la herencia. "Él se negó y reclamó la herencia", explicó ayer a este diario Yonathan Castro, que al igual que su hermano decidió hace años utilizar los dos apellidos maternos y desterrar el de su padre, como una forma simbólica de dejar atrás un pasado teñido de malos tratos a su madre y a ellos mismos. Recientemente, la jueza ha dado la razón al padre, pero su expareja y su hijo han recurrido la decisión ante la Audiencia Provincial. "Tiene dos condenas por maltrato y pegaba a mi madre y a nosotros. Vendió los electrodomésticos y una moto de juguete que yo tenía para comprar droga. Mi hermano estuvo nueve años con cáncer y yo también pasé lo mío y él nunca estuvo ahí. Qué casualidad que ahora, después de tantos años, aparezca", expone Yonathan Castro, que añade a continuación: "Para mí esta persona no existe, No queremos saber nada de él".

Entre los testigos que fueron al juicio estaba Dubi Peña Lapa, sobrina de F. L., que al igual que otros familiares del hombre declaró en contra suya en el procedimiento por la herencia. "Yo ni siquiera lo considero mi tío. Es un sinvergüenza", indicó ayer.

Hace unas semanas, la familia recibió otra carta de F. L. en la que el tono ya era distinto, más arisco, según relató ayer Yonathan Castro. También informa de que próximamente recibirá el tercer grado penitenciario: "No sabemos por qué está cumpliendo condena. En la carta dice que nos quiere denunciar por no utilizar su apellido y que quiere estar presente en el juicio por el crimen de Iván. No queremos verle".

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