A las nueve y veinte de la noche, las campanas de la iglesia de San Juan Bautista de Mieres, la parroquia más céntrica de la villa, comenzaron a tocar. Una pregunta en boca de todos los vecinos: ¿Qué había pasado? La respuesta, muy triste: el párroco José Luis Menéndez, que llevaba cuatro décadas en esta iglesia, había fallecido. Tenía 75 años de edad, y por su cargo y su carácter, era una persona muy conocida en todo el concejo. El funeral se celebrará esta misma tarde, a partir de las 17 horas, en el mismo templo en el que dijo misa en miles de ocasiones. La capilla ardiente se encuentra en el tanatorio mierense.

La parroquia de San Juan se ha quedado, en menos de un año, sin sus dos históricos sacerdotes. En octubre de 2018 fallecía, a los 88 años de edad, Nicanor López Brugos. Ayer, 12 de julio, lo hacía su compañero y amigo, José Luis Menéndez. Ambos fueron compañeros durante cuarenta años. Menéndez fue precisamente el encargado de presidir el entierro de su compañero, un acto multitudinario, ya que ambos se caracterizaron por su progresismo dentro de la Iglesia. Vecinos de Mieres recordaban precisamente ayer que las palabras que Menéndez dedicó a López Brugos en su sermón de despedida eran aplicables a él mismo: "Un gran amigo que vivió por los demás, que siempre se ponía delante cuando se cometía una injusticia".

José Luis Menéndez descubrió muy joven su vocación. Fue ordenado sacerdote en 1967, y pocos años después llegó a la parroquia de San Juan de Mieres, donde ya estaba López Brugos.

En 2017, el Arzobispado le nombró "párroco moderador" de San Juan Bautista. Tenía ya entonces en la parroquia nuevo compañero, Miguel del Campo Sánchez. Juntos también se encargaban de las parroquias de San Pedro de Mieres, Santa Eugenia de Seana, San José de Ablaña, San Bartolomé de Baíña, San Pedro de Loredo, Santo Cristo de La Peña y Santa María Magdalena de La Rebollada.

Familia

Con una hermana, María Aurora -su hermano José Antonio ya falleció-, el sacerdote contaba con cinco sobrinos y muchos amigos. La capilla ardiente se encuentra en la sala número 6 del tanatorio de Mieres.