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El asesinato de un joven "que tiraba siempre adelante, con ganas de vivir"

Iván Castro Verdejo fue asesinado en un garaje de La Felguera el 7 de diciembre de 2017, a los 31 años. El autor confeso de los disparos que acabaron con su vida fue Nelson A., amante de la que era novia de Iván (Marta R. N.). En las últimas declaraciones del presunto autor, aseguró que el crimen fue premeditado e idea de ella. Un final que llena a la familia de Iván de tristeza y rabia, pero que no nubla el recuerdo de un chaval "fuerte, extraordinario". Los que le conocieron dicen que era de los que miran de frente, de los que no se achican: "Tiraba siempre adelante, tenía muchas ganas de vivir".

Tenía una familia pequeña, pero fuerte. El núcleo duro, su madre y su hermano Jonathan. Ella sacó adelante a los chicos, después de que su padre los abandonara en 1992. Iván Castro dejó atrás el apellido paterno y el dolor. Aprendió el oficio que más le gustaba y empezó a trabajar en un taller. Otro golpe: en la veintena, le diagnosticaron leucemia. "Al principio se hundió, como nos hubiera pasado a cualquiera. Pero pronto se rehizo y empezó a pelear por la vida como un león", aseguran sus amigos.

Su cuerpo rechazó el primer transplante de médula, estuvo al borde de la muerte en dos ocasiones. En los dos casos pidió solo una cosa: que su padre no apareciera en su esquela ni en su entierro, no llevar su apellido más.

El cáncer no pudo con él. Salió del hospital a un mundo en el que no quería perder ninguna ilusión. Por eso, aunque estaba jubilado por enfermedad, seguía visitando el taller de Bango Racing Cars (donde trabajaba cuando le detectaron leucemia) para llenarse de su pasión por los motores . Poco antes de fallecer, había comprado un nuevo coche que aún no tiene la familia.

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