El Ayuntamiento de Langreo ha adquirido un nuevo equipo de control de ruidos que permitirá mejorar la calidad de las mediciones que realiza el departamento municipal de medio ambiente. El nuevo aparato comenzará a funcionar en cuanto las dos trabajadoras de ese departamento reciban la formación necesaria para manejar el equipo.
Así lo explicó Javier Álvarez, concejal de Urbanismo y Medio Ambiente. "El departamento de medio ambiente tiene dos técnicas que, entre otras tareas, se ocupan de las mediciones cuando hay denuncias de ruidos o alguien pide licencia para la apertura de un bar o hay un cambio de titularidad. Según la tipología del establecimiento hay que cumplir un límite de decibelios", señaló el edil.
Álvarez argumentó que "el equipo que teníamos hasta ahora era aceptable pero el nuevo, que tiene un precio de unos 15.000 euros, es más moderno y multidireccional, no como pasaba con el otro que había que ir moviendo hacia la fuente del ruido porque era unidireccional". También aludió el edil a la formación que recibirán las dos empleadas municipales. "Los datos que te da el aparato y cómo los tienes que procesar van asociados a un software y las personas que están en el departamento tienen ahora que recibir una formación para saber manejar ese equipo", argumentó el concejal de Medio Ambiente.
El edil langreano expresó que la puesta en marcha de una ordenanza medioambiental es "una de las cosas que barajamos y que estamos valorando con el departamento de medio ambiente, viendo cuáles son un poco las necesidades que tiene el concejo en materia de ordenanzas. Queremos impulsar una ordenanza de medio ambiente o intentarlo por lo menos. Ahora está la de ruidos y la normativa autonómica. Para el tema de la calidad del aire y los vertidos está la legislación estatal y autonómica que marcan sus límites".
La aprobación de una ordenanza des este tipo ya se puso sobre la mesa el pasado mandato municipal, bajo el gobierno de coalición de IU y Somos, pero no llegó a fructificar. Entonces se impulsó una normativa municipal de calidad del aire en la que preveía incluir el protocolo de actuación en casos de contaminación atmosférica del Principado, que estaba en fase de tramitación. Ese protocolo incluía medidas como restricciones circulatorias, el reforzamiento del transporte público, el riego de carreteras o la prohibición de quemas agrícolas. El Ayuntamiento presentó sugerencias a este documento, algunas de las cuales fueron aceptadas.
La idea del Ayuntamiento era elaborar una ordenanza de calidad del aire exclusivamente o bien hacer una gran ordenanza de calidad ambiental que incluyera el tema atmosférico junto a la contaminación acústica y fluvial.
