Los "Atardeceres musicales" de Laviana, que a lo largo del verano se celebran en los jardines de Palacio Valdés, en Entralgo, quieren mejorar. Para hacerlo, desde el Ayuntamiento reunieron a varios de los músicos que participan en este ciclo, con el objetivo de "hacerlo cada vez mejor".
Entre los puntos fuertes de las jornadas, la variedad de los estilos musicales, desde la electrónica al metal, pasando por el rock, el jazz y la música tradicional asturiana. También la difusión que se le da a los grupos y músicos locales, ya que todo el programa está compuesto por formaciones lavianesas o relacionadas con el concejo. Este año estuvieron César Blanco, "Bolepop", "The Calamardos", "Los Kordinaos", la Banda de Acordeones de Villoria, el colectivo "Nmor", "Buenaventura", "Carreru & Blanco", "As life burns", "Teksuo", Alfredo Morán y "Susurra Jimena".
En el otro lado de la balanza, muchas cuestiones técnicas, como lo inadecuado del escenario, la falta de un equipo de sonido de la organización y la sonoridad de la plaza en la que se actúa en Entralgo. Además, la respuesta del público es muy variable, con conciertos a los que asisten más de un centenar de personas, y otros en los que apenas hay una veintena.
En la reunión del Cidan estuvieron Sheila Navarro, María Núñez, Ángel Argüelles, Olegario Pérez y Clara Isabel Fernández, de la Banda de Acordeones de Villoria; el gaitero y productor Pablo Carrera; y José Arienza, José Fernández y Ricardo Fernández, de "Los Kordinaos". También envió sus sugerencias Ulises García, guitarrista y voz de "Buenaventura". En la "sesión de terapia" para buscar promocionar la música, todos subrayaron la riqueza de estilos del programa y la labor de difusión de los grupos locales. A partir de ahí, buscaron soluciones, y lamentaron en general la "escasa educación" musical que, en general, existe. "No es un problema de Laviana, es algo muy extendido. Se consume garrafón cultural", apuntó Pablo Carrera. "En otras zonas existe más cultura de este tipo", añadió José Arienza. "Tiene que ver con la educación y los hábitos", afirma Ulises García, que tiene claro que este problema solo puede solucionarse con un trabajo cuyos frutos solo se consiguen "a medio o largo plazo".
Olegario Pérez y Sheila Navarro hablaron de la implicación ciudadana en distintos ámbitos. El primero, de los propios grupos y colectivos participantes en el ciclo, "deberíamos apoyarnos más y estar en los conciertos de los demás, siempre". Navarro, por su parte, incidió en la falta de cultura musical en directo, y de la poca implicación vecinal, pese a que en muchos casos, los grupos hasta ponen de su bolsillo para ofrecer los conciertos.
Aprovechar los "escasos recursos" es necesario para ofrecer un mejor ciclo musical. Lo más adecuado, eso sí lo tienen claro todos, sería poder aumentar el presupuesto. Lo dijo José Fernández, también Ricardo Fernández. Para atraer más gente, entre las propuestas, está la de traer a otros grupos "cabezas de cartel" para determinadas fechas. Claro está, eso "dispararía" la financiación actual. "En muchas ocasiones a lo gratuito no se le da el valor que merece", apunta el cantante de "Buenaventura".
Ya menos centrado en el propio festival, pero con el objetivo de fomentar la cultura musical en Laviana, surgieron más propuestas. Actividades de los músicos locales en los colegios e institutos para poder cambiar la mentalidad a largo plazo. Este verano, entre los talleres juveniles que se desarrollaron, estuvo el de DJ, con el colectivo "Nmor". Hubo una decena de participantes. Eso sí, cuando actuaron los músicos del colectivo, solo un par de ellos asistió a la sesión de música electrónica. "Gastronómicamente hay más educación. Todos tenemos claro que un buen cabritu con patatinos tiene más mérito que la comida rápida. En la cultura, ocurre al revés", concluyó Carrera.
