Un centenar de ganaderos del alto Nalón protestaron ayer en Campo de Caso contra la "nefasta gestión del Principado y de la guardería" con los daños del lobo. Denuncian que no se tramitan daños que "son evidentes" y que los veterinarios de los seguros privados que todos ellos pagan sí certifican. Además, el daño que sí se da de paso se paga "tarde", y la cuantía es "escasa". Por terneros que valoran en más de 500 euros, "se da la mitad. Deberían ser justos". Los ganaderos no reclamaron ayer más controles sobre el lobo, "no queremos que lo exterminen, sí que regularicen la situación". "De nada sirve que maten 40 lobos en Asturias, si no se mata a los que más daños producen, a los que matan al ganado". Exigen, por tanto, que estos controles sean "selectivos. Si hubiese una gestión eficiente, se podría saber qué animales son los que causan los daños".
Los participantes se concentraron primero en la plaza del ayuntamiento de Caso. Posteriormente, con varias pancartas, se encaminaron al edificio del centro de interpretación del parque natural de Redes, donde se encuentra la sede de la guardería en el espacio protegido. Allí, la ganadera Silvia Menéndez leyó un manifiesto en el que incidió en las reivindicaciones del sector en el alto Nalón: acabar con los problemas con la tasación de daños, controles selectivos sin poner en riesgo el futuro del lobo, "con el que siempre convivimos", y poner por delante los intereses de la actividad ganadera y de los vecinos de la zona. "¿Cómo se va a venir a vivir a los pueblos, si a los que estamos en ellos nos echan?", se preguntaba Menéndez.
Miguel Suárez, ganadero de Bueres que impulsó la protesta, subrayó que este año en el concejo casín "los lobos van matando alrededor de 40 terneros, y ovejas más". Pese a ello, piensa que más problema incluso que los ataques es la "nefasta gestión" que se está realizando de ellos. "Hay un serio problema, que es la guardería. Y no sabemos si es por el Principado, por el guarda mayor, o por quien. Vienen a los daños y no los certifican, ni tasan". Además, para avisar de los ataques hay un teléfono que no está operativo los fines de semana. Así, se han producido casos en los que "el animal ya había sido comido por los carroñeros" antes de que se certificasen los daños. "Si ellos no ponen la solución, la pondremos nosotros".
Otro ganadero, Miguel Capellín, lamentaba la "incapacidad" de la administración, tanto para tratar con eficacia los daños del lobo, como por los anunciados planes para dar muerte a algunos ejemplares: "No es cuestión de matar muchos, es cuestión de ser selectivo, ir a por los lobos que matan al ganado. Pero son incapaces de discernir, pese a que es posible".
