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Dos ladrones, al borde del ahogamiento tras saltar al río Caudal huyendo de la Policía

Los delincuentes, padre e hijo, robaron en un taller de Vega de Arriba y al ser sorprendidos por los agentes se tiraron al gélido y rebosante cauce

La Policía Nacional está estos días en Mieres teniendo que redoblar esfuerzos. El martes arrancó con la noticia del asesinato de Luis Salazar a manos de su suegro y, ayer, el incendio de la calle Ramón Pérez de Ayala reclamó también la atención de la Comisaría. En medio de este jaleo, un pareja de delincuentes menores juzgó, aparentemente, que era el mejor momento para idear una fechoría sin que nadie les prestara atención. Se equivocaron y acabaron más que calados, en al menos dos acepciones del término.

Una pareja de cacos, padre e hijo según fuentes consultados por este diario, asaltaron ayer de madrugada un taller situado en el polígono de Vega de Arriba, junto al casco urbano. El suceso, en principio, no rebasó la consideración de hurto. Es decir, el robo se saldó sin apenas botín significativo. El problema es que los "oportunistas" fueron descubiertos. Inicialmente fue la Guardia Civil la que se personó en el lugar. Los asaltantes, sorprendidos, emprendieron una huida improvisada y caótica. Acabaron arrinconados contra el río Caudal. Viéndose perdidos, tomaron la decisión de saltar al agua. No midieron bien ni la altura ni la vivacidad del cauce, que ayer bajaba a rebosar.

A uno de los asaltantes fue rescatado de las aguas. Cuando llegó a la Comisaría, ya que la Policía Nacional asumió la instigación al estar en su jurisdicción, presentaba principios de hipotermia. El segundo ladrón fue arrastrado por las aguas. En un principio se temió que hubiera fallecido ahogado. Al cierre de esta edición la Policía había confirmado que se encontraba en buen estado y lo buscaba para proceder a su detención.

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