La escritora mierense María Luisa Prada Sarasúa acaba de publicar "La insólita historia de Damián Casares". Se trata de su décima novela. La narración está ambientada en la década de los años cincuenta del pasado siglo. El protagonista es un trabajador de Ensidesa, lo que le permite a la autora modelar un paisaje en el que la Asturias industrial en ebullición coexistía aún con las tradiciones del mundo agrícola.
María Luisa Prada enmarca el levantamiento de Ensidesa como gran referente industrial de la región en una historia salpicada de momentos dolorosos, envidia, engaños y también amor. "Una persona que conocía lo sucedido durante la construcción de Ensidesa me pidió hace mucho tiempo que escribiera sobre este tema con la seguridad de que podría interesar a la gente", explica Prada. "De lo sucedido aquellos años poco se conoce, puesto que entonces las verdades se ocultaban con silencios y los sucesos con omisiones".
Tuvieron que transcurrir varios años para que la escritora asumiera aquel encargo que le llegó en forma de consejo. El resultado es "La insólita historia de Damián Casares". La ciudad de Avilés se integra en la historia como un protagonista más: "Aparte de haber contribuido al progreso de la ciudad, el surgimiento de Ensidesa conllevó un aumento muy notable a nivel demográfico, ya que de 20.000 habitantes con los que contaba la pequeña villa burguesa, se pasó a más de 80.000, llegando a ser uno de los lugares de Europa con mayor gente joven".
La nueva novela de Prada habla de las dificultades a las que se enfrentaron muchos obreros obligados a dejar sus hogares en el campo para sumergirse en una sociedad industrial muchas veces hostil que los trataba como mera mano de obra. La obra proyecta la imagen de gente durmiendo en las aceras, portales, o cualquier otro tipo de refugio. Pone el foco en personas que sufrieron "un total rechazo y una exclusión social absoluta".
"Entre entonces y ahora existe un pequeño matiz que diferencia ambas épocas y es que los 'sin papeles' que llegan actualmente a nuestras costas tienen la certeza de que no serán bien recibidos y, por tanto, intuyen lo que les puede ocurrir", explica Prada. Y añade: "Quienes vinieron en aquella época tenían la convicción de que sus compatriotas los acogerían sin ningún reparo, certidumbre que perdieron al poco de llegar tras instalarse en la ciudad una aporofobia que nunca antes había existido, lo que hizo que se les llegara a conocer por el apodo de 'coreanos', alias que, aún ahora, y pese a que ya han transcurrido más de 60 años, conservan sus hijos y nietos".
María Luisa Prada vive actualmente en Gijón pero nació en Mieres. También está muy vinculada al concejo de Morcín.
