Fue una demostración de que aunque abandonada por las administraciones, Valgrande-Pajares está muy viva. Y esa vida se la dan los esquiadores, los concesionarios, los trabajadores y el sector turístico que envuelve a la estación. Ayer, en una convocatoria de protesta, cerca de 400 personas se dieron cita ante la cafetería Telesilla, en la zona baja de la estación para exigir inversiones y denunciar el "maltrato" que entienden que sufre la instalación, con remontes vetustos, que requieren de una renovación "para poner a Pajares en el sitio que se merece, como una de las estaciones de esquí pioneras en España".

Tras una pancarta con el lema "Inversiones ya", los manifestantes querían hacer visible su malestar con el trato dispensado a Pajares. Los petardos, tan habituales en las protestas mineras, también resonaron en la estación lenense, precisamente dentro de la antigua estación de salida del telesilla Cueto Negro, desmontado hace tres años, y cuya nave se usa ahora como almacén.

La jornada no podía haber empezado peor, ya que a primera hora de la mañana, la estación lenense anunciaba que finalmente no abriría sus pistas por la falta de nieve, mermada por las intensas lluvias de la noche, que se habían unido a las de días previos y las altas temperaturas. En torno al mediodía, llegaba el grueso de manifestantes a la estación, donde mostraron con pitos su malestar con el Principado.

Uno de los allí presentes era el enfermero de la estación, Fernando García. "Soy también residente en la estación, aficionado al deporte y amante de Pajares, donde llevo trabajando 33 años", dijo. "Adoro esta estación, y desde hace muchos años está muy carente de inversiones, con remontes de más de 50, 40 y 30 años", apuntó el trabajo, que indicó que Valgrande "necesita un lavado de cara absoluto". Como trabajador de Pajares indicó que "no tenemos todos los medios necesarios, y con los recortes por la crisis tenemos menos dinero y menos personal". "Tenemos una estación buena, preparada, con un sistema de nieve artificial estupendo, tenemos una estructura ya hecha, pero faltan los remontes para poner a Pajares en el sitio que le corresponde", agregó. También en la concentración estaba Alfonso González de Lena, hoy usuario "raso" de Pajares, y otrora presidente de la Federación de Deportes de Invierno del Principado: "Pajares está muy abandonada, y necesitamos inversiones, y la gota que colmó el vaso este año para realizar esta protesta espontánea es el retraso en la revisión del telesilla Brañillín, que hizo que nos comiera la nieve. Hay que pensar en el futuro de Pajares".

También la alcaldesa de Lena, Gema Álvarez, estaba en primera línea de la protesta. "Solo quiero expresar que tiene que haber inversiones para Valgrande-Pajares ya", apuntó, para agregar que "esta estación no es solo un recurso de Lena, es un recurso de los asturianos y si no se hacen inversiones ahora, en cinco o diez años cerramos". "Hay que empezar a luchar por esta estación porque es una de las mejores de España", añadió.

La escritora Elena Matrán fue la encargada de leer el manifiesto de protesta. Nacida en Madrid, la autora se trasladó a Asturias "por amor". Pero el de su marido no fue el único, ya que confesó quedar "prendada de Pajares" desde el primer día. "Llevamos muchos años sin ninguna inversión", denunció Matrán, como portavoz de todos los presentes, en una protesta surgida de forma espontánea en las redes sociales. "No podemos permitir que un emblema de Asturias como Valgrande-Pajares se vaya a perder por desidia, por abandono y por falta de inversiones", indicó la escritora. "Queremos una modernización para hacer más atractiva nuestra instalación, y que se coloque a la nieve como elemento dinamizador de zonas tendentes a deprimirse sin ella", finalizó.