El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, explicó ayer que sustituirá las centrales térmicas de carbón de Lada (Langreo) y Velilla (Palencia), cuyo cierre anunció ya en 2017, por parques eólicos de última generación. Estas instalaciones se construirían en zonas "cercanas" a las actuales centrales. Galán realizó el anuncio en vísperas de que comience la Cumbre del Clima de Madrid, que se desarrolla desde hoy. Los terrenos ocupados por las térmicas serán "objeto de una restauración paisajística".

En el caso de la central de carbón langreana, existe un problema: ni en las Cuencas ni en la zona centro de la región hay ubicaciones posibles para este tipo de aerogeneradores, y todos los espacios favorables para la producción de energía con el viento se encuentran en el Occidente de la región. Las plantas eólicas, además, concentran la creación de empleo durante su construcción (en un 90%). De hecho, apenas requieren personal en cuanto entran en funcionamiento.

La empresa eléctrica, tal y como explicó Ignacio Galán, ha propuesto al Ministerio de Energía el cierre de las plantas de Lada y Velilla. En lugar de la térmica palentina, se construirían instalaciones con 420 megavatios de potencia, con energía eólica y fotovoltaica. En cuanto a la central de Lada, se construirán "cuatro parques eólicos" que sumarían una potencia de 130 megavatios. Conjuntamente, se obtendría de plantas solares y eólicas la energía que hasta hace unos meses producían ambas térmicas de carbón.

Iberdrola tiene previsto presentar este plan hoy en el Ministerio de Transición Ecológica. Según la empresa, llevan "20 años comprometida con la transición energética" y "desarrollará un potente proyecto de reactivación social y económico para esas zonas, que será presentado" hoy "lunes al Ministerio". Sobre este plan de reactivación social, solo se comunicó que el cierre de las centrales "no afectará al empleo, ya que Iberdrola recolocará al 100% de la plantilla, que se destinará a las labores de desmantelamiento de ambas plantas, que se extenderán durante cuatro años desde la fecha de aprobación de cierre por parte del Ministerio de Transición Ecológica". Además, apuntaron las zonas ocupadas por Lada y Velilla serán objeto de una "restauración paisajística". El desmantelamiento de las instalaciones tendrá un coste -Galán lo anunció ya en febrero- de 35 millones de euros.

En total, la empresa habrá cerrado en 15 años 17 centrales térmicas de carbón y fuel oil en distintos países, con más de 8.500 megavatios de potencia, y se convierte así en la mayor eléctrica del mundo sin producción de carbón.

La plantilla de la térmica de Lada, por su parte, está en desacuerdo con los planes de la compañía. Han puesto sobre la mesa varios planes de futuro para seguir generando electricidad en Lada con otras energías -biomasa, por ejemplo- y mantener así empleo "estable" en la zona, pero de momento sus reclamaciones no se han escuchado. Cuando se anunció su cierre había 90 empleados, ahora son 64 tras prejubilaciones y traslados.