Dos años circulando con riesgo. Es la situación que sufren los conductores de la carretera regional AS-230 que va desde la capital quirosana, Bárzana, a la lenense. Pola. Una vía afectada por el riesgo de que las escolleras se derrumben. Situadas en zonas inestables y con varias piedras, de gran tonelaje, caídas en la cuneta, presentan un estado de peligro inminente.

Entre los pueblos quirosanos de Murias y Llanuces, en un tramo con curva aparece una escollera que tiene varias piedras apoyadas en la cuneta, con unos conos y una señal en el suelo, con el agua invadiendo la calzada y la malla de contención anexa rota. Este paisaje lleva adornando la calzada dos años.

Conservación de Carreteras colocó unos conos y parece que desvió el agua que se precipitaba por la escollera. Ahí se quedaron los trabajos. El firme ha reventado en la zona de la cuneta y el agua sale al vial; una gran piedra se desmoronó y otras amenazan seguirla. Los últimos temporales del otoño no han contribuido a mejorar la situación, sino a todo lo contrario, para desesperación de los usuarios.

Los vecinos de estos pueblos que suelen usar esta carretera temen que estos meses tan lluviosos acaben de mover el terreno donde se apoya el muro y este se venga abajo. El alcalde pedáneo de Llanuces, Ramón Vallés, comenta su indignación: "Hemos avisado al Ayuntamiento, al Principado, carreteras, pero todo el mundo se pasa la pelota sin hacer nada".

Además, es una zona con curva y los vehículos que bajan tienen que invadir el carril contrario con el peligro que ello supone, situación que se multiplica por las noches. Además, el vial es el paso obligado de una ruta escolar, diaria, que lleva niños al colegio de Bárzana desde el pueblo de Las Llanas. El alcalde quirosano, Rodrigo Suárez (IU), preguntó por la situación: "Me dijeron que estaban elaborando un proyecto, pero no creían que la zona presentará peligro. Estoy a la espera de una reunión solicitada con el Consejero de Infraestructuras".

El otro punto peligroso, en territorio de Lena, es el lugar llamado Fonte La Faya. Allí también una gran escollera sujeta un terreno inestable y varias de las piedras que forman el muro están sobre la cuneta y la calzada. Es una zona peligrosa pues suele haber barro y bastante humedad, lo que provoca frecuentes heladas.

Son dos años con estos problemas sobre los que no se ha actuado. Todo ha colmado la paciencia de vecinos y usuarios que se quejan amargamente sin encontrar respuestas.