Un sentido adiós para una hostelera de siempre. Familiares, amigos, vecinos y habituales de su bar han despedido esta tarde a María Rodríguez, “Maruja Bayón”, en el funeral oficiado en la iglesia parroquial de Moreda.

La despidieron con flores, con más de una veintena de ramos y decenas de coronas.

El mundo de la hostelería se ha quedado sin una de sus maestras, la que estuvo al frente de los fogones del Maruja Bayón durante décadas.

Era el año 1956 cuando Enrique Bayón decidió abrir el negocio y su mujer, Maruja, se encargó de la cocina. Tras el fallecimiento del hombre, ella asumió el control del establecimiento. El bar Maruja Bayón era y es, porque ahora lo regenta una de las hijas de Maruja, parada y fonda para todos: para mineros al terminar el turno, para estudiantes en horas libres, para comidas de amigos.

Tantos buenos ratos hizo pasar, tantas sonrisas regaló detrás de la barra -se jubiló por motivos de salud en 2007-, que muchos quisieron arropar a su familia. Quince minutos antes de las cinco de la tarde, llegó el coche fúnebre a una plaza que estaba llena.