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Los proyectos perdidos de la Mayacina

El barrio mierense, en breve en obras por su parque, ha visto cómo se anulaban iniciativas como un nuevo Ayuntamiento o un parking subterráneo

Una recreación del nuevo Ayuntamiento de Mieres que se proyectó para la Mayacina y que no llegó a construirse.

La Mayacina pronto volverá a estar en obras. A principios del año que viene debe arrancar el desarrollo del nuevo parque y la construcción de los aparcamientos que se habilitarán en la zona sur del ensanche urbano. De esta forma, se integrarán en la ciudad las últimas parcelas que aún permanecían sin uso, convertidas en bacheados aparcamientos en precario llenos de tierra. Estas actuaciones, además, significan dejar definitivamente atrás una parte importe de la planificación inicial del plan Vasco-Mayacina. Y es que quedarán sin ejecutar tres proyectos de gran calado que en su momento generaron gran expectación.

El ensanche urbano de Mieres tomó forma hace una década tras una interminable gestación de casi un cuarto de siglo. En el ámbito residencial, se han construido uno 500 pisos, de los 711 proyectados. Donde el plan urbano ha descarrilado por completo es el ámbito de los equipamientos. Ni se ha construido el nuevo edificio municipal que debería haberse ubicado junto a la iglesia de Santa Marina, ni el parking subterráneo proyectado en la parcela central del barrio ni tampoco el centro escénico que estaba previsto levantar en una de las parcelas más próximas a la vieja estación del Vasco.

A principios de 2011 los arquitectos Belén Martín Granizo y Daniel Díaz Font entregaron al Ayuntamiento de Mieres el proyecto definitivo del edificio administrativo de la Mayacina. La firma DMG Arquitectos, ganadora del concurso de ideas que se había convocado el año anterior para dar forma al equipamiento, planteó una solución que se llamó "Los lunes al sol", una edificación vanguardista de 3.200 metros cuadrados, con 2.400 para uso municipal.

La redacción definitiva del proyecto costó 232.000 euros. La actuación contaba con un presupuesto de 5,7 millones de euros. La construcción del Ayuntamiento de la Mayacina conllevaría una obra compleja debido a las características del proyecto. El edificio administrativo tenía una gran pantalla acristalada y se integrará en el barrio a través de una plaza abierta que conformará un moderno edificio en forma de "L". El inmueble iba a construirse prácticamente adosado a la iglesia de Santa Marina. Tendría que haberse pagado con fondos mineros.

Una de las primeras decisiones que tomó el gobierno de Aníbal Vázquez tras ganar las elecciones en mayo de 2011 fue aparcar el proyecto del ayuntamiento. Lo mismo haría, aunque varios años después con el parking subterráneo. Los gestores estudiaron vivamente el proyecto, pero al final no se decidieron a dar el paso. El estudio de viabilidad elaborado por la empresa Locoastur Optimización y Control de Obras se firmó en 2012. El informe consideraba "viable" el desarrollo de la instalación y proponía un aparcamiento de dos plantas con capacidad para entre 487 y 527 vehículos. El problema, lógicamente, radicaba en el coste. La inversión estimada ascendía a 5.187.210 euros. A esta cantidad había que sumarle otros 761.600 euros que se destinarían a la materialización de la zona verde exterior incluida inicialmente en el plan urbano del Vasco-Mayacina.

Condicionantes

La empresa que asumiera la inversión, abordaría la obra y se quedaría con la concesión durante varias décadas para su explotación. El veterano constructor local Ignacio Tascón, ya fallecido, mostró un interés desmedido por el proyecto, pero siempre que estuviera ligado a la implantación de la zona azul de pago, algo que el actual gobierno de IU nunca quiso asumir. Al final el interés se enfrió y el Ayuntamiento ha terminado por renunciar al proyecto.

El tercer equipamiento fallido de la Mayacina no llegó a estar tan avanzado como los anteriores. Cuando el Ayuntamiento de Mieres, con el visto bueno de la sociedad estatal Sepes, alumbró el diseñó del plan urbano, se apostó por reservar una de las parcelas para la construcción de un centro escénico que permitiera la organización de conciertos y obras de teatro de cierta relevancia. El último gobierno socialista de Mieres ya reconoció en 2011 que era un proyecto que muy posiblemente resultaría inviable debido a la falta de financiación.

IU, tras acceder a la Alcaldía, archivó la planificación en la estantería de actuaciones olvidadas. Si no había casi dinero para pagar a la plantilla municipal, menos para construir un complejo cultural cuyo coste superaría los dos millones. La parcela, situada junto a la vieja estación del Vasco, estuvo varios años abandonada, convertida en poco menos que un vertedero urbano. Los vecinos llegaron incluso a denunciar en alguna ocasión la presencia de culebras, algo llamativo en pleno centro de la ciudad. La primera actuación en estos terrenos llegó con la instalación de un ecohuerto intergeneracional.

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