El físico asturiano Ramón Torrecillas, director del Centro de Nanotecnología (CINN) desde su puesta en marcha, en el año 2007, dejará su puesto para pasar a ser el delegado institucional del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Bruselas. Torrecillas comenzará a ejercer su nuevo cargo de forma efectiva a partir del próximo 1 de enero.
La Delegación del CSIC en Bruselas es el nexo del organismo ante las instituciones europeas. Entre otras tareas ofrece asistencia a los coordinadores de proyectos del CSIC en sus contactos con los funcionarios de la Comisión Europea; comunica información sobre oportunidades comunitarias en I+D+i; ofrece contactos e interlocutores en las instituciones comunitarias; y elabora informes y comunicados para las autoridades del CSIC acerca de las iniciativas de la UE en I+D+i.
Durante los últimos doce años, Torrecillas ha desarrollado una exitosa gestión al frente del CINN, un centro que cuenta con medio centenar de investigadores y que fue creado en 2007 por iniciativa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Gobierno del Principado y la Universidad de Oviedo. El equipamiento combina la investigación interdisciplinar de alta calidad con actividades de demostración científico-tecnológicas. Además, tiene como objetivo la creación de nuevas empresas de base tecnológica. También pilotó el traslado, en 2014, del centro desde Llanera a El Entrego. La instalación desarrolla productos utilizables en ámbitos como la industria militar, la aeronáutica, la industrias especial, la biomedicina, la informática o la automoción que ofrecen propiedades extremas de dureza, ligereza o resistencia al calor.
Sólo una quinta parte, aproximadamente, del millón de euros de presupuesto anual del CINN procede de subvenciones directas. El resto corresponde a los fondos obtenidos de firmas privadas y de los concursos de proyectos de investigación, muchos de ellos con financiación europea.