"En la lucha clandestina, sin las mujeres no se podría haber hecho nada". El histórico socialista langreano Avelino Pérez, que fue diputado nacional, regional y secretario general de UGT en Asturias, reconocía así ayer la implicación femenina en la lucha antifranquista. Lo hizo en la presentación de su libro de memorias, "Testimonios y vivencias de un socialista iluso", un acto que llenó por completo el salón de la Casa de Cultura "Escuelas Dorado" de Sama.
Pérez rememoró también el éxito de la huelga de 1962, "que nos sorprendió a todos" y supuso "un antes y un después en el régimen franquista". También en su vida, porque para no ser detenido -ya había estado antes 15 meses en la cárcel y sabía lo que era la tortura-, Pérez protagonizó una fuga de película: se arrojó al río Nalón, estuvo semanas por el monte y acabó exiliado en Francia. No pudo volver a España hasta la muerte del dictador. "Allí conocía a gente que vivía con la maleta hecha para volver en cuanto muriese Franco. Pero vaya si duró", relataba ayer al numeroso público asistente a la presentación.
Pérez quiere que su libro sea un "homenaje a la memoria de miles de compañeros que desaparecieron y murieron luchando por la libertad, la paz y la convivencia". Calificó a aquella gente como "personas con una ética clara, la corrupción con ellos era un mito, no existía". "No es el mismo caso que ahora", dijo, crítico. "España", añadió, "es una sociedad con un espíritu un tanto ácrata, acepta mal las imposiciones, la herencia de Franco acabó siendo la corrupción".
El histórico socialista langreano no estuvo solo en la presentación de su libro. En la mesa, acompañándolo, estuvieron el presidente del Principado y secretario general de la FSA, Adrián Barbón; el secretario general de UGT en Asturias, Javier Fernández Lanero; la alcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú; y el historiador Cristian Rangel, al que se debe la publicación de las memorias, editadas por la Fundación José Barreiro. Barbón destacó que "hay personas que por su forma de ser son parte fundamental de los cambios en la sociedad, y Avelino es uno de ellos". Lanero recalcó su papel clave en la reconstrucción de UGT, y Arbesú se disculpó por "no haber organizado antes el homenaje que te mereces". Rangel calificó el libro como "espontáneo y muy entretenido".
