Una central de biomasa, un "almacén" energético, una fábrica de paneles solares, un parque, espacios residenciales y para equipamientos... La central térmica de Lada todavía no se ha cerrado -su clausura lleva tramitándose desde hace dos años- pero son muchas las propuestas que ya se han puesto sobre la mesa para dar nuevos usos a los 264.000 metros cuadrados que actualmente ocupa la instalación termoeléctrica. Iberdrola, compañía propietaria del complejo, está a la espera de recibir el permiso del Gobierno para cerrar la planta y desmantelarla, en un plazo de cuatro años. En cualquier caso, independientemente lo que tarde en llegar esa respuesta, la térmica deberá cerrar sus puertas en el verano de 2020, si no acomete obras para adecuar sus equipos a la nueva normativa ambiental, unos trabajos que no están planificados.
El Principado y el Ayuntamiento ya han dejado claro que quieren que la parcela siga teniendo un aprovechamiento industrial. El pasado 11 de diciembre, en una visita a Langreo, el consejero de Industria, Empleo y Promoción Económica, Enrique Fernández, abogó dar nuevos "usos industriales" a la bolsa de suelo liberada en el centro de Langreo tras la marcha de Duro y el próximo cierre de la térmica de Iberdrola, propietaria también de la parcela de Nitrastur. Fernández expresó entonces que el aprovechamiento empresarial debe ser "prioritario", aunque también puede compaginarse con un desarrollo residencial.
Días antes, el presidente del Principado, Adrián Barbón, esgrimió que el Gobierno regional "no admitirá" que el cierre de la térmica de Lada suponga un "empobrecimiento" de la comarca, por lo que reclamó a Iberdrola la generación de "otro tipo de actividad en la zona". La alcaldesa langreana, Carmen Arbesú, por su parte, instó a la firma vasca a seguir dando "usos industriales" a sus terrenos en Lada.
Las exigencias de Barbón encontraron respuesta en el presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, que dejó claro que la compañía está llevando a cabo grandes pedidos en Asturias, en empresas como Windar, para fabricar aerogeneradores, e Hiasa, con paneles fotovoltaicos. Iberdrola, que se ha comprometido a hacer una restauración ambiental de los terrenos de la térmica, también presentó en Madrid ante el Ministerio de Transición Ecológica su proyecto de "reactivación social y económico" para las zonas en las que desmantelará sus térmicas de carbón: Lada y Velilla (Palencia). La firma compensará el cierre de Lada con parque eólicos en Asturias. Sin embargo, la zona centro de la región no dispone de espacios idóneos para aerogeneradores y las únicas zonas adecuadas están en el Occidente. Las plantas eólicas, además, acaparan la creación de empleo durante su construcción y posteriormente apenas requieren personal. Iberdrola también se compromete a recolocar a todos los trabajadores que actualmente tiene en plantilla en Lada.
UGT también se ha pronunciado sobre el futuro de Lada. El sindicato pide acometer las mejoras ambientales para que siga en activo, pero, en caso de que finalmente se cierre la térmica, defiende la puesta en marcha de una instalación combinada de generación de biomasa y energía solar que permita aprovechar el acceso actual a la red de distribución eléctrica. Si esta opción tampoco se concreta, apuesta por otros usos como la instalación de paneles solares, la fabricación de componentes para otras fuentes de energía como aerogeneradores eólicos y la puesta en marcha de un centro de investigación sobre captura de dióxido de carbono.
La ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, en una visita a Asturias realizada el pasado mes de octubre, expuso que existe "interés" en desarrollar en Lada un proyecto relacionado con las tecnologías de almacenamiento de energía, aún emergentes. Iberdrola no está detrás de un proyecto así para Lada, afirmaron entonces fuentes de la eléctrica. Según el Ministerio, el interés podría proceder de otros inversores.
Por su parte, arquitectos y geógrafos consultados por este diario entienden que el cese de la actividad de la térmica de Lada puede suponer una "oportunidad histórica" para la regeneración urbana de Langreo. Abogan por dar a los actuales terrenos que ocupa la central unos "usos urbanos" y desplazar a otras áreas del concejo las posibles alternativas industriales que se puedan generar como consecuencia del desmantelamiento del complejo termoeléctrico. Entre otros usos, plantean la creación de equipamientos, parque o incluso espacios residenciales que contribuyan a la integración de toda la zona.
