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Mieres baja de los 38.000 vecinos pese a reducir el ritmo de la caída demográfica

El municipio perdió 469 habitantes en 2019, lejos de las 833 bajas de 2016, siendo el registro menos negativo alcanzado desde 2011

Vecinos paseando por el centro de Mieres, concretamente por la calle Manuel Llaneza.

Mieres ya tiene menos de 38.000 habitantes. En concreto, el municipio cerró 2019 con un total de 37.959 vecinos censados. Había despedido 2018 con 38.428 habitantes, por lo que la perdida ha sido de 469 en los últimos doce meses. Con todo, se trata de la menor perdida poblacional desde 2011, cuando desaparecieron del padrón "sólo" 430 personas.

El declive demográfico en Mieres sigue quemando etapas a un ritmo preocupante. El concejo inicio en siglo cayendo por debajo de los 50.000 habitantes y llega a 2020 sin poder superar la barrera de los 38.000. Ahora bien, 2019 ha dejado una ligera mejora en lo que se refiere al ritmo del imparable retroceso demográfico. El municipio llevaba desde 2011 con pérdidas anuales siempre por encima del medio millar de habitantes. Entre 2013 y 2016 el adelgazamiento del padrón rozó la bulimia, con pérdidas medidas anuales por encima de los 700 vecinos. El momento más crítico fue en 2016, con 833 vecinos menos.

Porcentualmente 2019 también ha sido el mejor año desde 2011 o, al menos, el menos malo. Mieres perdió el 1,2 por ciento de la población en los últimos 12 meses. En 2016 la caída fue del 2,1 por ciento. En 2014 y 2015 se rozó el 1,7 por ciento. Dicho de otro modo, la mala noticia es que el municipio sigue perdiendo población. La buena es que el ritmo se ralentiza.

Que Mieres iba a llegar a 2020 con menos de 38.000 habitantes era algo que se podía predecir desde hace meses. El municipio contaba ya en marzo con únicamente 38.078 vecinos. De ellos, sólo 2.068 tenían menos de 10 años. En el extremo opuesto, la población es mucho más nutrida. En Mieres residen casi 4.000 personas mayores de 80 años, casi el doble que menores de 10.

Si bien el envejecimiento de la población se esgrime recurrente como la bocana por la que se volatiliza el capital demográfico del concejo, los números indican que el saldo migratorio provoca un desequilibrio que por sí sólo descompensa la estabilidad poblacional. En 14 años el municipio ha perdido unos 4.200 vecinos debido a la emigración. Más del 90 por ciento de estos desplazamientos han tenido como destino poblaciones de la propia región, ejerciendo Oviedo y Gijón un enorme afecto gravitatorio. El balance actual, en este apartado concreto, es mucho peor que el de hace una década, cuando se logró casi nivelar el saldo migratorio, con apenas una pérdida de 35 personas en 2010, diez veces menos que en 2017 (375).

La inmigración

Cada vez nacen menos niños en el hospital de Santullano, cada vez hay menos vecinos de otros municipios asturianos residiendo en Mieres y, del mismo modo, cada vez hay menos personas empadronadas provenientes de otros lugares de España. Y lo sorprendente en este escenario es que, por contra, el número de extranjeros ha crecido sensiblemente desde 1996. El repunte de la población extranjera en Mieres y Langreo debe observarse desde el contraste existente con la tendencia demográfica general. Mieres tienen 8.400 vecinos menos nacidos en el concejo que en 1996. El número de censados nacidos en otros lugares del Principado ha caído en 3.200 empadronamientos.

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