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Melchor, Gaspar, Baltasar... y El Pirulero

Una persona anónima emociona al barrio de Santa Marina al dejar en Reyes regalos junto a la escultura dedicada a Jesús Casado: "Para quien no pueda ser feliz"

Parte de los regalos dejados en Reyes junto a la escultura.

Hay personajes que quedan vinculados a la memoria colectiva de los pueblos por diversas circunstancias más o menos extraordinarios. Aquellos que lo logran a través de la nostálgica mirada de la niñez quedan para siempre asociados a felices evocaciones. Es así hasta tal punto que, aún varias décadas después de su fallecimiento, estas personas sirven de inspiración para entrañables iniciativas.

La escultura que en Santa Marina recuerda al popular Jesús el Pirulero amaneció el lunes, día de Reyes, rodeada de regalos perfectamente envueltos. Una nota anónima invitaba a quien lo necesitara a recoger uno de los obsequios y llevárselo a casa: "Estos detalles van dirigidos a quien hoy no puede ser feliz. Si crees que puedes ser tú, adelante, si no déjalos en su lugar. Recuerda nunca perder la esperanza: Feliz día". El tierno mensaje concluye convocando "a cualquiera que necesite una sonrisa".

En Santa Marina desconocen la identidad del vecino o vecina que ha protagonizado tan cariñosa iniciativa: "La verdad es que quien haya sido ha tenido un detalle precioso", apuntaban ayer varias personas en el propio barrio. "Yo vi los regalos muy temprano y según fue pasando la mañana fueron desapareciendo poco a poco, pero nadie cogió y se los llevó todos. Se ha respetado el espíritu original del gesto", subrayó una de las citadas vecinas.

En Santa Marina están convencidos de que la elección de la escultura dedicada a "El Pirulero" como guardesa de los regalos no ha sido casual. Este vendedor ambulante de dulces caseros llegó a ser tremendamente popular en toda la comarca durante los años cincuenta y sesenta. Por eso, a iniciativa de la asociación de vecinos del barrio y del colectivo "Guajes de Santa Marina", en 2007, se encargó al escultor Manuel Linares que realizara una estatua a tamaño real del recordado Jesús Casado Cuadrado.

"Fue un personaje muy querido por todos los niños, que corrían detrás de él por toda la ciudad, ya que por entonces no había tiendas donde comprar caramelos y lo que ahora llamamos chuches", explica Ángel Pastor, presidente de la asociación de vecinos de Santa Marina.

Manuel Linares llegó a Mieres desde Salamanca y se asentó en Santa Marina, incorporándose a la mina. Tuvo seis hijos, aunque eran cientos lo que corrían hacia él cada vez que aparecía con sus "pirulos" de caramelo. Muchos de aquellos niños, ahora ya convertidos en abuelos, siguen recordando la potente voz del siempre "simpático y amable" Jesús Casado. El dicharachero vendedor levantaba revuelto por donde pasaba e instigaba pequeñas revueltas infantiles: "¡Niños y niñas, tirarse al suelo y pedir pesetas para el Pirulero! ¡Hala, hala, a tres perrines uno y sieeeete a la peseta! ¡Rico, rico el Pirulero!". Ahora, aspira ser el cuarto Rey Mago.

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