Corría el año 1998. Los mineros, como tantas otras veces, habían salido a la calle para defender sus derechos. Se estaba negociando el primer Plan del Carbón y a su vez el plan propio de la empresa Hunosa. Lorenzo Gallardo participaba en aquellas movilizaciones. Tenía 38 años y dos hijas. Junto a otros compañeros, había montado una barricada en la A-66, cuando un conductor le llevó por delante, segando la vida de un hombre que solo estaba peleando por su futuro, por el de su familia, por el de las Cuencas. Ayer, 22 años después del luctuoso suceso, sus compañeros de Comisiones Obreras subieron un año más al cementerio de Ujo para rendirle un cálido homenaje.

Desde el secretario de CC OO en Asturias, José Manuel Zapico, pasando por el secretario comarcal del Caudal, Sergio Vicente, hasta el nuevo responsable del sindicato en Hunosa, Adrián Miguel Pérez, acompañaron a los familiares y amigos del minero fallecido, llevando una corona de flores que dejaron sobre la tumba del trabajador, que había desempeñado su trabajo en Santiago.

Todos ellos coincidieron en que Lorenzo Gallardo fue un ejemplo para todos los obreros que luchan por sus derechos, en unos tiempos en los que las presiones sobre los trabajadores y el recorte de sus derechos están a la orden del día.