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Los senderistas "domestican" a los mastines en las Ubiñas, critican los vecinos

Los ganaderos están "hartos" de que los conviertan en "perros de ciudad": "Les dan mimos y a veces se los quieren llevar", denuncian

"Rufo", un perro guardián de las Ubiñas, en El Quempu.

"Señor turista, por favor, no acaricie a los cachorros mastines". Este ruego bien podría ocupar un cartel bien grande a la entrada del parque natural de las Ubiñas-La Mesa. Los vecinos del espacio protegido, especialmente los ganaderos, están muy molestos con una situación que llevan años sufriendo: senderistas que pasean por el monte y que "acarician y dan mimos" a los cachorros de perros guardianes. El resultado es que esos canes se "domestican" y terminan por no servir para el cuidado de las tierras y el ganado. Hartos ya de que los conviertan en "perros de ciudad", los vecinos alzan la voz y exigen al Gobierno regional que tome cartas en el asunto.

No es la primera vez que la cría de perros guardianes encuentra obstáculos en el parque natural. Auri Villar, representante vecinal de la vertiente lenense, explicó ayer que "el anterior IGI (Instrumento de Gestión Integral) prohibía la figura de los perros mastines que los ganaderos tienen en sus fincas". En concreto, el documento apuntaba que ningún can podía estar suelto en el parque natural. "Esto era un error muy grande, que perjudicaba mucho al sector, y así lo hicimos saber a los responsables del Principado", señaló ayer la portavoz vecinal.

Este problema parece ahora solucionado. Aunque el nuevo documento aún no se ha aprobado, según ha podido saber este diario, el próximo IGI sí recuperará esa figura de perro guardián. "Es una buena noticia para todos los vecinos, especialmente para los ganaderos", destacó Villar. Con condiciones, pero solo para los visitantes: todos los perros "turistas" tendrán que estar atados en el parque natural de las Ubiñas-La Mesa.

Con un obstáculo despejado, los vecinos llaman la atención ahora sobre otro problema que llevan años sufriendo: el de los turistas que acarician "sin medida" a los perros guardianes cachorros. "En muchos casos, empiezan a llamarlos y los perros se separan de la madre para estar junto a los visitantes". "Hablamos de un momento muy importante para la educación de los perros guardianes. Incluso los propios ganaderos, muy a su pesar, tienen que mostrarse muy distantes con ellos y ocuparse solo de darles la comida y de atenderlos como es debido", señaló Villar. El objetivo es que tengan "el menor contacto posible" con los humanos y avisen de su llegada a las fincas que protegen.

Soluciones

Los "mimos" de los turistas a los animales no son nuevos. Pero, en los últimos años, la situación se ha descontrolado. Tanto que hay anécdotas repetidas por el parque: como cuando algún turista, al ver a un cachorro en una finca, lo coge en brazos y lo lleva hasta el pueblo para decir a los vecinos que es un perro abandonado y que se lo quiere llevar. "Ha pasado más de una vez", afirmó Villar.

¿Cómo solucionarlo? Según la portavoz de los vecinos, el Principado tiene que actuar ya. "Igual que se hacen campañas para la recogida de basura, deberían de poner en marcha campañas para que los turistas sepan cómo comportarse con los animales del parque", señaló Auri Villar. Con la fauna salvaje, como ya hacen, y con los animales domésticos. Para la portavoz vecinal, hay una regla que debería imperar: "Los turistas son siempre bienvenidos, pero ellos deben dejarlo todo como lo encontraron. Y esto incluye a los cachorrinos".

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