"Este libro es imprudente para mí, puede quitarme más de lo que me da, porque a veces no sabes a quién estás pisando, que puede ser muy poderoso", reconoció el periodista Antonio Maestre en la presentación en Mieres de su libro titulado "Franquismo S. A.", organizada por la Asociación Cultural "Camín de Mieres". El acto contó con la colaboración del Ayuntamiento de Mieres y el Club LA NUEVA ESPAÑA en Las Cuencas. La presencia del mediático periodista, habitual de las tertulias políticas de televisión, levantó gran expectación, y durante el acto estuvo acompañado por el historiador y profesor Faustino Zapico y el concejal de Memoria Democrática Sergio Gutiérrez.

"Este libro nace a partir de la inquietud intelectual que siempre tuve por conocer el fenómeno del crecimiento del nazismo y el fascismo", señaló Maestre, que a lo largo de cinco años ha investigado sobre la responsabilidad de las empresas que financiaron el golpe de Estado de 1936 y que sostuvieron la dictadura franquista. "Había mucho que contar; comencé por un artículo en 'La Marea' que acabó llevándome a escribir el libro", recordó el periodista.

"Los presupuestos básicos de mi trabajo fueron el reconocimiento de lo mejor de España, que fueron los que lucharon por la democracia, y desmontar la supuesta cultura del esfuerzo, pues la gente de la que hablo no tiene más mérito que haber apoyado el régimen franquista, logrando sus fortunas sin el menor esfuerzo e, incluso, con las manos manchadas de sangre", aseveró el autor, que llena su libro de nombres, apellidos y denominaciones empresariales cuyo éxito relaciona directamente con la afinidad a la dictadura. "Las empresas exitosas durante la República desaparecieron para ser sustituidas por los afines; fue un cambio de guardia empresarial en el que hubo rapiña, expolio, ruina y muerte, delitos que quedaron impunes y que, al contrario que en Alemania, nadie de los beneficiados reconoce ni intenta reparar", señaló Maestre, que denuncia que el poder económico español continúa en manos de los herederos de aquellos crímenes. "Para los caídos en desgracia se hizo imposible hacer negocios; el sistema autárquico, basado en el control de la economía, los excluyó, dejando dentro solo a los antecesores de los que hoy propagan las doctrinas liberales y defienden el valor del mérito y el esfuerzo", apuntó.

"A partir del golpe del 36, apoyado por los que vieron peligrar sus privilegios durante la República, se mató para poder robar", aseveró el autor, que entiende que aún estamos a tiempo de abordar un proceso de reconocimiento y reparación, un debate del que huye la oligarquía empresarial española porque teme que conlleve la devolución del patrimonio expoliado. "Hay que establecer una responsabilidad que sirva para revertir el daño económico y moral", remachó.

"No hubo limpieza, siguen siendo los mismos, los que hicieron fortuna gracias a la corrupción y los favores; es algo que en nuestro país no está mal visto", denunció el mediático autor, que insiste en la necesidad de contar la historia de forma completa y objetiva, sin propagandismos, e incorporarla transversalmente en la educación, pues, según pregunta Maestre, "¿qué sociedad avanzada se niega a honrar a las víctimas?".