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Varias empresas tramitan ya proyectos para sacar carbón de las escombreras

Una compañía presentó un plan para explotar Llamas, en Mieres, que se suma a otras iniciativas similares en León y en Cangas del Narcea

Una escombrera en el valle de Turón.

En la actualidad, sólo hay una explotación minera de carbón abierta en España: el pozo Nicolasa, propiedad de Hunosa. Aunque eso no quiere decir que no se pueda seguir sacando carbón. Pero no será de los pozos, sino de las escombreras. Y es que en los últimos meses han salido adelante varias declaraciones como recurso de "yacimientos de origen no natural" -paso ineludible para el aprovechamiento de los recursos- en escombreras asturianas. Un caso similar se ha dado en la vecina provincia de León, donde se estima mover unas 800.000 toneladas de carbón o estériles en localidades como Torre del Bierzo y Ponferrada.

La declaración como recurso de las escombreras es sólo un primer paso. Tal y como se expone en los documentos publicados en el "Boletín Oficial del Principado de Asturias" (BOPA), "no implica la autorización para aprovechar la citada escombrera, en tanto en cuando se tramite el expediente previsto en el artículo 48 del Reglamento General para el Régimen de la Minería, de autorización del aprovechamiento". Eso sí, esta declaración se suele hacer a instancias de una empresa, que es la que muestra interés en la escombrera, así que lo normal es que, tras la declaración, intenten tramitar los permisos.

Eso ocurrió con la escombrera Llamas, ubicada en la localidad mierense de Ablaña. En este caso, el interés parte de la firma Excavaciones Otero y Llaneza alude a un proyecto donde "se parte de la base de unas producciones anuales de 75.000 metros cúbicos a lo largo de diez años de trabajo". Sigue el documento señalando que "la retirada de los estériles almacenados significará restituir el talud natural sobre el que se asiente; con lo que las labores de aprovechamiento de la escombrera implicarán realmente el trabajo de restauración propiamente dicho".

Otro ejemplo avanzado es el de la escombrera de Carballo, ubicada en Cangas del Narcea. Aquí el interés parte de una sociedad denominada Carbones de Gillón, que ya con su nombre deja claro cuál es el objetivo principal. Aquí se alude a un presupuesto de ejecución material superior a los 700.000 euros y un régimen de producción del entorno de 20.000 toneladas al mes a lo largo de quince meses, lo que supondría unas 300.000 toneladas. Al igual que en Ablaña, el documento señala que la retirada de los estériles significará la rehabilitación del talud natural, cumpliendo con la restauración de esta escombrera.

Al lanzar una búsqueda sobre "yacimientos de origen no natural" en el BOPA se encuentran otras declaraciones como recurso de escombreras como La Moral, en Langreo; o Rimoria, entre San Martín del Rey Aurelio y Laviana, también promovidas por otras empresas. De este modo se da cuenta del interés que tienen estas escombreras, que podrán tener una segunda vida y, finalmente, restaurarse. Esto también supone la generación de empleo alternativo en las cuencas mineras. La delegación asturiana del Colegio de Geólogos señaló en mayo del año pasado que existen 1.200 escombreras y vertederos mineros "que plantean problemas geotécnicos y medioambientales". Los expertos proponían una serie de medidas para evitar estos problemas y entre ellas estaba su aprovechamiento.

Además, no sólo se puede sacar carbón de estas escombreras, que también pueden contar con otros materiales preciados. En este sentido, hay un proyecto de la Fundación Icamcyl (Centro Internacional de Materiales Avanzados y Materias Primas de Castilla y León) centrado en el desarrollo de nuevas tecnologías para recuperar materiales como wolframio, niobio y tantalio a partir de los residuos de escombreras procedentes de la actividad minera. El proyecto, que cuenta con una inversión de siete millones de euros, se desarrolla en León y Salamanca. Por ello, en Asturias, dado el potencial minero, también tendría margen para este tipo de aprovechamiento.

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