La situación de la perrera de Mieres parece haberse estabilizado. Tras la enorme polémica que suscitó entre un sector de la población la llegada al albergue de animales del Centro Canino La Ería, empresa que lo gestiona desde enero, actualmente las dependencias municipales están funcionado de forma óptima. Así lo aseguraron ayer desde el Ayuntamiento, que cada semana realiza controles para certificar el bienestar de los animales y que el trabajo se esté llevando a cabo correctamente. A día de hoy, en el albergue de animales de Mieres hay siete perros. Desde que el 1 de diciembre La Ería se hiciese cargo de la perrera, se han recogido 21 animales, de los más de la mitad ya no están en sus jaulas por adopciones o por la devolución a sus dueños.
Desde que el 1 de diciembre, La Ería se hiciese cargo de la perrera han pasado 21 animales por el centro: 20 recogidos por el concejo de Mieres y otro más que se entregó voluntariamente. Sin embargo, de esa veintena, 14 ya han abandonado las instalaciones según los datos a los que ha accedido este diario. Diez de ellos han sido devueltos a sus legítimos dueños, mientras que otros cuatro animales han sido adoptados.
Ahora mismo quedan siete perros en el albergue de animales. Cuatro de ellos se encuentran en proceso de adopción, y según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, tres podrían salir muy pronto. Para otro de estos animales aún no se ha cumplido el plazo legal de reclamación del mismo por parte de sus dueños. Finalmente, los dos que quedan se trata de perros inmovilizados, esto es, animales cuyos dueños deben realizar algún trámite para que les sean devueltos.
La gestión del albergue de animales de Mieres ha sido un quebradero de cabeza para el gobierno local desde hace más de dos años. Fue en abril de 2017 cuando la protectora "El Trasgu", que llevaba varios años haciéndose cargo de los animales de El Morgao, decidía dejar la gestión del centro. El Ayuntamiento buscó entonces una solución de urgencia, y tras adjudicar los trabajos al centro canino La Ería, se encontró con una fuerte protesta por parte de los voluntarios. Fueron tales las presiones, que los responsables de la empresa llanisca devolvieron las llaves un día después de recibirlas.
Apareció entonces en escena la protectora Alma Animal Asturias, que se hizo cargo de las instalaciones. El acuerdo iba a ser temporal, para pocos meses, mientras que ponían en orden los pliegos de condiciones para sacar adelante el concurso público. Sin embargo, Alma Animal estuvo más de dos años al frente del albergue. En ese tiempo, y gracias a una importante red de acogida, se logró reducir la ocupación de la perrera de más de 100 perros a escasamente una veintena. Pero en agosto de 2019, presas también del agotamiento por el duro trabajo realizado y ante la imposibilidad de seguir con la gestión, Alma Animal dejaba el en centro, cuya tutela recogía de forma temporal La Protectora.
En ese impasse, el Ayuntamiento sacó de nuevo a concurso la gestión de la perrera, un proceso en el que concurrieron el centro canino La Ería y los en ese momento gestores, La Protectora, ganando los primeros el concurso. De nuevo, un sector de la población volvió a manifestarse y criticar que se concediese la gestión a una empresa privada. El Gobierno local se mostró firme, y aunque se reunió con los voluntarios, esgrimió la obligatoriedad de cumplir la Ley para dar por zanjado el asunto.
