"Me encuentro indefenso ante el temor de que esto se pueda venir abajo". Es el relato que un vecino del pueblo de La Carrera, Valentín García González, hace de sus días desde que el pasado 18 de diciembre, se produjera un argayo junto a su casa. El hombre tiene miedo de que la tierra se siga corriendo y de que en el próximo temporal lo que se desprenda sea su vivienda.

Las incesantes y abundantes lluvias de mediados de diciembre hicieron estragos en buena parte de Asturias. Y uno de los puntos afectados fue el pueblo de La Carrera, en la parroquia de Nembra. Desde aquel fatídico día 18, Valentín, un minero jubilado, apenas puede dormir. Un argayu de considerables dimensiones sorprendía a los vecinos. Y el lugar no podía ser peor para este extrabajador de la minería: junto a su casa. El talud de la carretera se venía abajo, dejando la vivienda de Valentín y su finca en cierto riesgo.

"Estamos aún en invierno y seguramente haya más temporales y lluvias, y todo eso, unido a las aguas de escorrentía de la ladera pueden originar en grave problema para nosotros", señala Valentín.

Desde que se produjo el argayo, este exminero está en vilo. Ya nada más producirse el suceso, Valentín contactó con representantes del Ayuntamiento de Aller para comunicarles el riesgo al que estaban expuestos tanto él como su familia: "se hicieron fotos e incluso vídeos, que se pusieron en manos de la Oficina Técnica municipal". Sin embargo, el hombre, un mes después del argayo, aún no ha recibido respuesta. "Ni siquiera se han dignado a acercarse a valorar los daños actuales, y los riesgos que hay en el caso de que haya otra tromba de agua", apunta el exminero.

Cada mañana, relata, inspecciona el mismo el terreno para comprobar que la ladera sigue estable o se ha venido abajo más terreno. Los temores llegan especialmente por las noches: "Un desprendimiento súbito nos impediría ponernos a salvo, me siento indefenso". Valentín García y su familia solo quieren una solución, que esperan que llegue pronto.