La puesta en marcha del Museo del Movimiento Obrero deberá esperar, al menos, un año más. El presupuesto para el ejercicio en curso del Museo de la Minería y la Industria de El Entrego (Mumi) no recoge partidas para completar el desarrollo museístico y contratar al personal necesario para gestionar esta instalación, ubicada en la antigua mina de San Vicente. Este espacio está conectado a través de un falso túnel con el edificio principal del Mumi.
Las antiguas edificaciones del pozo San Vicente -una instalación de gran valor histórico que funcionó como mina autogestionada por el SOMA, la primera de España- fueron reconstruidas casi por completo, salvo el castillete, por una escuela taller de Fucomi en el año 2002. La torre de extracción se rehabilitó en una fase posterior. El principal obstáculo para su adecuación como espacio museístico siempre fueron los complejos accesos. Por esta razón, se decidió acometer la construcción de una galería de 280 metros de longitud concluida en 2009, con un coste de 1,2 millones procedente del Plan complementario de las comarcas mineras. La idea era llevar a los turistas en un tren minero hasta la caña del pozo San Vicente y, una vez allí, subir en un ascensor para completar la visita por el Museo del Movimiento Obrero.
En la actualidad, ese recorrido en tren está en funcionamiento, plenamente integrado en la visita al Mumi, aunque los turistas dan la vuelta al llegar al final de la galería, sin subir al pozo. Los visitantes viajan en un tren turístico compuesto por una máquina Bartz de batería y varios vagones.
La ejecución de esta galería subterránea no estuvo exenta de complicaciones ya que hubo que gestionar permisos con Feve y con la Confederación Hidrográfica debido a la proximidad de las vías del tren y del río Nalón. En los últimos años, el propio personal del Museo de la Minería ha sido el encargado de preparar, diseñar y ejecutar los elementos museográficos del centro, después de que el proyecto se quedara, por el ajuste de los fondos mineros, sin la partida de un millón de euros solicitada con cargo a la anualidad de 2010 del Plan del Carbón.
La estimación es que serían necesarios cuatro trabajadores más, a sumar a la plantilla actual de ocho personas, para poner en marcha el Museo del Movimiento Obrero del pozo San Vicente.
