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Los Fidalgo, saga de capitanes

El centrocampista asturiano del Castilla vivió en Ganzábal un partido "especial" ante su abuelo Rafael, un histórico del Langreo

Álvaro Fidalgo y su abuelo Rafael, tras el partido en Ganzábal. REAL MADRID TV

Rafael Fidalgo vio el pasado domingo, desde la grada del Nuevo Ganzábal, cómo su nieto Álvaro portaba el brazalete de capitán en el campo en el que en los años 60 y 70 lo había lucido él. El abuelo defendiendo los colores del Unión Popular de Langreo y el nieto del Real Madrid Castilla. Los dos equipos disputaron el pasado domingo un partido que fue "especial" para el histórico jugador Rafael Fidalgo, ya que se enfrentaron su exequipo, el azulgrana, con el filial del Real Madrid, donde juega Álvaro, a cuyos partidos asiste siempre que puede.

También lo fue "por volver a casa y estar aquí" para su nieto, que saltó al mismo terreno de juego, aunque a un campo remodelado 44 años después de la última campaña de Rafael Fidalgo en el Langreo, donde jugó diez temporadas y ejerció como capitán Rafael Fidalgo. El centrocampista del Real Madrid Castilla, que comenzó su carrera en el Condal de Noreña antes de militar en las categorías inferiores del Oviedo y el Sporting para marcharse en 2012 a la cantera madridista y reforzar la plantilla del Cadete A, destacó de su abuelo que es para él "un ejemplo" desde que es pequeño y que gracias a él y a su padre tiene "pasión por el fútbol". "Estoy muy orgulloso de él y de lo que consiguió", indicó tras el partido.

Natural de Huesca aunque con familia paterna de Barros, Rafael Fidalgo llegó al Langreo en la temporada 1964/1965. "Llegué cedido del Zaragoza y permanecí dos campañas", señaló. Posteriormente, recaló en el Oviedo para tres años después volver al Langreo, donde permaneció ocho temporadas. En esa época dorada la escuadra azulgrana llegó a militar en Segunda División y jugaba "contra el Betis, el Deportivo, el Celta, el Málaga o el Osasuna, entre otros", destacó.

Fidalgo llegó a saltar al estadio Santiago Bernabéu en un partido amistoso dado que el entonces entrenador del Langreo, Yayo, era amigo del técnico del Madrid, Miguel Muñoz. Allí debutó su nieto Álvaro en diciembre de 2018 con el Real Madrid en un encuentro de la Copa del Rey, que su abuelo vivió "con emoción". De las temporadas que jugó en la escuadra azulgrana, indicó, "tengo buenos recuerdos". "Fue una buena época del Langreo, que era un equipo modesto pero con mucha afición en un municipio que tenía mucha vida", señaló el exfutbolista, que jugó a lo largo de su trayectoria en varias posiciones, pero sobre todo como defensa.

Los viajes por toda la península se hacían en autobús (solo se cogía el avión para ir a las Islas) y eran "por carreteras nacionales", añadió. Esto provocaba que "en ocasiones marchábamos el viernes y veníamos el domingo". Cuatro décadas después de dar por concluida su segunda etapa en el Langreo el grupo de jugadores "seguimos reuniéndonos dos o tres veces al año", dijo el exfutbolista. A Fidalgo, que colgó las botas tras militar dos temporadas en el Caudal, solo le sacaron una tarjeta amarilla en alrededor de veinte años de trayectoria deportiva "y fue al final, en un partido contra el Rayo Vallecano, por protestar". Después, ejerció como entrenador una temporada, en el Atlético de Lugones, en Regional Preferente, pero no le gustó y se centró en su trabajo como ingeniero técnico tras acabar la carrera en la época en la que jugó al fútbol.

"Me gusta que el Langreo vaya para arriba", resaltó Fidalgo, que sigue la carrera de su nieto y lo va a ver siempre que puede. Como ocurrió el pasado domingo en el Nuevo Ganzábal, donde disfrutó con su juego. "Lo hizo muy bien. Espero que tenga suerte con las lesiones y que juegue en Primera División", aseguró el exjugador del Langreo sobre su nieto, para añadir que "es muy difícil llegar arriba". De Álvaro, que hizo la pretemporada con el primer equipo en Canadá, destaca "sus cualidades técnicas". Rafael Fidalgo, que reside en Siero, ha dejado huella en Langreo ya que una peña lleva su nombre. El año pasado cumplió cincuenta años y "organiza muchas actividades", señaló.

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