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Instalan una "supermalla" en Boo que sujeta rocas de más de diez toneladas

Los operarios trabajan en afianzar la ladera cuyo desprendimiento causó la muerte de un vecino del pueblo el pasado mes de diciembre

Un operario en lo alto de la ladera, ahondando para la instalación de la malla. C. M. B.

La obra de contención de la ladera de Puenxo, en Boo, sigue avanzando. Los operarios llevan ya una semana trabajando en la zona para la instalación de una malla especial fabricada en Suiza. El objetivo es la retención total para evitar sucesos como el que, el pasado 19 de diciembre, causó la muerte de un vecino. En aquel desprendimiento cayeron rocas de hasta catorce toneladas de peso. Esta zona está solo a 200 metros de distancia del lugar en el que, en los noventa, tuvieron que ser desalojadas y derribadas doce viviendas. En aquella ocasión, los tribunales determinaron que la responsabilidad era de Hunosa por la subsidencia minera -movimientos del subsuelo por las antiguas explotaciones mineras-.

El suceso del pasado mes de diciembre llenó de dolor a la localidad allerana. Antonio Lesmes, un vecino de 77 años, falleció tras quedar sepultado bajo el desprendimiento. El Ayuntamiento cerró el paso por el camino, que comunica Puenxo con El Picu, y encargó la obra de emergencia. Cuenta con una inversión total de 104.000 euros y ha sido encargada a New Constructions.

Esta empresa, especialista en estabilización de taludes, ya había trabajado en el concejo. Concretamente, en el barrio de El Picu. Actuaron sobre una roca de grandes dimensiones -un peñasco de unos 720 kilos- que amenazaba con caer sobre varias casas del pueblo. Fue una obra delicada, especialmente por la difícil orografía de la zona.

El alcalde de Aller, Juan Carlos Iglesias (PSOE), explicó que en aquella ocasión las piedras sueltas no tenían la magnitud de las que se han desprendido en este último argayo. Es por eso que New Constructions trabajará con esta malla especial.

La instalación se está realizando desde la zona más alta hacia la más baja, garantizando así la seguridad de vecinos y operarios. Los operarios horadan de forma controlada en el alto de la ladera para garantizar la correcta sujeción de la malla. Se maneja un plazo aproximado de unos dos meses de ejecución para el final de la obra. La actuación se completará con la limpieza de la ladera y del camino, que quedará de nuevo abierto al paso de los vecinos.

La localidad sigue de cerca al obra y espera que las soluciones sean ya definitivas. El cierre del camino ha supuesto una molestia para los vecinos que viven en la zona y para los ganaderos con fincas en El Picu y otros montes del entorno. El pueblo sigue en pie de guerra. Desde hace dos años, están en marcha los trámites para estudiar una nueva demanda contra Hunosa por los desprendimientos en la zona alta de Boo. Hay varias casas, la mayoría en los barrios de Puenxo y El Picu, afectadas por agrietamientos y falta de estabilidad. Los vecinos tienen la vista puesta en el pasado, en los años noventa, y se niegan a que se repita la historia.

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